Siete cubanos fueron condenados a prisión en Estados Unidos por apropiarse de dinero de tarjetas de crédito que habían clonado previamente, informó este viernes el Departamento de Justicia del Distrito Este del Estado de Virginia en un comunicado.
El documento refiere que Denis Monsibáez Díaz, de 38 años, uno de los integrantes de la banda, fue sentenciado el viernes a tres años de privación de libertad por conspiración para cometer fraude y que, tras cumplir la condena en Estados Unidos enfrentará un proceso de deportación a Cuba, al igual que el resto de los sentenciados, por haber cometido delitos graves en territorio estadounidense.
Los implicados en la trama delictiva, todos cubanos, manipulaban las terminales de surtidores de gasolina en el condado de Northampton, Pensilvania, para clonar el número y el PIN de las tarjetas de crédito y débito con las que los clientes pagaban por el servicio.
El comunicado detalla que entre abril y mayo de 2018, Monsibáez Díaz y sus compañeros de delito, varios de ellos aún en fuga, viajaron por varias tiendas y destinos para retirar dinero de las cuentas de sus víctimas y adquirir tarjetas de regalo prepagadas con las tarjetas clonadas.
Según la entidad judicial, intentaron robar más de 200.000 dólares en pocos días, siguiendo el modus operandi descrito, y fueron hallados responsables de la pérdida de más de cinco millones de dólares a lo largo de varios años.
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Varios de los acusados tenían antecedentes penales por la comisión de delitos similares. “Se ha sabido que viajaban a través del país y perpetraban el mismo plan”, afirmó el Departamento de Justicia en el documento.
El 4 de enero de 2021, el jefe de la banda, Yasmani Granja Quijada, de 33 años, fue condenado a 10 años de prisión por su papel en la conspiración.
Granja Quijada realizó operaciones con cerca de 9.800 tarjetas de crédito robadas durante los últimos años, usando su propia dirección de correo electrónico.
Como parte de las investigaciones y penalización del delito, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos confiscaron varios vehículos, un barco, autos de lujo y otros artículos que los sentenciados adquirieron con el dinero robado.