El presidente estadounidense, Joe Biden, designó el miércoles a la vicepresidenta Kamala Harris para encabezar las gestiones del gobierno en torno a la crisis migratoria que sigue aumentando en la frontera con México, al sur de Estados Unidos.
Biden hizo el anuncio al reunirse en la Casa Blanca con Harris este 24 de marzo, donde también estuvieron el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y otros asesores en el tema migratorio para discutir el aumento de jóvenes migrantes que llegan a la frontera sur en las últimas semanas.
Al delegar el asunto a Harris, Biden busca replicar una dinámica que se desarrolló cuando se desempeñó como vicepresidente del presidente Barack Obama.
La medida busca dar la imagen de que el gobierno de Biden se está tomando en serio el tema fronterizo, tras recibir críticas de republicanos que le acusan de no hacer lo suficiente para detener la ola de migrantes que han llegado a la frontera.
Aun así, podría ser una gestión políticamente delicada para Harris, quien trató de ser la candidata presidencial demócrata en el 2020 y podría volver a postularse en el futuro.
Un grupo de legisladores republicanos visitó hace unas semanas la frontera entre Estados Unidos y México para conocer de cerca las consecuencias del aumento de inmigrantes indocumentados que entran al país, especialmente los menores no acompañados.
Los republicanos culpan a Biden y su promesa de una política migratoria “justa y humana” de la llegada a la frontera de decenas de miles de migrantes que, en su mayoría, proceden de América Central y México.
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Según medios estadounidenses que citan informes de CBP, unos 3.000 de esos niños han permanecido bajo custodia de CBP por más de las 72 horas permitidas para su transferencia a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) ante su incapacidad de procesarlos a todos en el plazo establecido.
Por lo que los republicanos presentaron una guía de principios para una reforma migratoria, que deja abierto un camino a la legalización provisional de indocumentados que llevan tiempo en Estados Unidos y no tienen antecedentes criminales.
El denominado “Plan Dignidad”, que tiene entre sus impulsores a María Elvira Salazar, representante por el estado de la Florida, y el senador Lindsey Graham (Carolina del Sur).
“Los principios delineados en mi plan ayudarán a conseguir dignidad y redención a nuestra población indocumentada mientras trabajamos para asegurar nuestra frontera”, dijo Salazar, quien señaló que el documento está siendo redactado y se presentará en breve ante el Congreso.
