Este sábado Donald Trump apareció en público usando una mascarilla por primera vez desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, tras varias declaraciones en las que había defendido que su uso no debía ser obligatorio.
Trump lució la mascarilla de color azul oscuro con el sello de la Presidencia estampado en un extremo durante su visita al hospital militar Walter Reed, en las afueras de Washington DC, donde se reunió con el personal sanitario y militares que estaban recibiendo tratamiento en esa institución.
El mandatario había anunciado con antelación que usaría un cubrebocas: “Creo que llevaré una mascarilla, ¿saben? Creo que cuando vas a un hospital, especialmente en ese sitio, en el que uno está hablando con soldados y con gente que en algunos casos acaba de salir del quirófano, es algo genial ponerse la mascarilla”, explicó a la prensa.
Hasta ahora, el mandatario se había opuesto a llevar un cubrebocas en público y había puesto en duda su eficacia, aun en contra de las propias autoridades sanitarias del país. Ahora precisó: “Nunca he tenido nada en contra de las mascarillas, pero sí creo que tienen un tiempo y un lugar adecuado”.
Trump apareció usando la mascarilla precisamente en un momento en que se debate en todo el país si los gobernadores deben exigir el uso obligatorio de los cubrebocas para frenar el alza de los contagios reportada en varios estados de EE. UU.
Actualmente 20 de los 50 estados de la Unión exigen el uso obligatorio de la mascarilla. Pero la exigencia ha creado división entre los estadounidenses más progresistas, quienes quieren que todo el mundo cumpla la norma, y entre aquellos más conservadores que se oponen a la medida por motivos políticos.
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Por su lado, la pandemia de coronavirus sigue ganando terreno en Estados Unidos. Desde hace un mes, la COVID-19 está golpeando con fuerza a los estados del sur y oeste, como Florida, Texas y Georgia, que fueron los primeros en reabrir sus economías; mientras que las zonas del este del país, donde comenzó la pandemia, ahora gozan de números más bajos.
Hasta ahora el aumento de casos no se había visto acompañado de un incremento de los fallecimientos, pero esta semana por primera vez en meses creció la tasa de mortalidad al registrarse un total de 4200 decesos en todo el país, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
En respuesta al repunte, ocho estados han vuelto a imponer restricciones como el cierre de bares y restaurantes, mientras que 13 han puesto en pausa su proceso de reapertura.
(Con información de EFE)