El subsecretario interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Michael G. Kozak, recordó hoy el derribo en 1996 de avionetas de la organización Hermanos al Rescate, creada para auxiliar a los emigrantes cubanos que se lanzaban en balsas al mar para intentar llegar a suelo norteamericano.
“Hoy recordamos a Carlos Costa, Armando Alejandre Jr., Mario de la Peña y Pablo Morales. Murieron hace 24 años, cuando militares cubanos derribaron en aguas internacionales las avionetas desarmadas de Hermanos al Rescate. ¿Su crimen? Ayudar a cubanos en peligro que huían en balsas”, escribió Kozak en su cuenta de Twitter, recordando uno de los episodios más tristes del exilio cubano.
También como homenaje a las víctimas de la tragedia, derivada de un ataque que el discurso oficial del régimen siempre ha querido legitimar diciendo que las avionetas fueron derribadas en espacio aéreo cubano, integrantes del Frente de Acción Cívica Orlando Zapata Tamayo realizaron una vigilia.
Hacemos una vigilia por “el vil asesinato de los Hermanos al Rescate, hombres que siempre rescataron a cubanos o cualquiera que estuviera emigrando. Es un honor pertenecer a este grupo, ya que Orlando Zapata fue un hombre humilde, sencillo, trabajador, honesto, que fue vilmente asesinado en las mazmorras de los Castro”, dijeron los activistas y opositores al régimen, que además recordaron que, por protestar por las condiciones de las cárceles, Zapata hizo su huelga de hambre durante 86 días, hasta que falleció.
{"preview_thumbnail":"/sites/default/files/styles/video_embed_wysiwyg_preview/public/video_thumbnails/393520700.jpg?itok=eaNgrbpG","video_url":"https://vimeo.com/393520700","settings":{"responsive":1,"width":"854","height":"480","autoplay":0},"settings_summary":["Embedded Video (Responsive)."]}
Desde la perspectiva del régimen, el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate fue justificado porque la organización rebasaba su intención fundacional de rescatar cubanos varados en el mar para incursionar en territorio cubano y distribuir propaganda “contrarrevolucionaria”, incitando a la rebelión popular.
Al invadir el espacio aéreo cubano, defiende La Habana, las fuerzas militares tenían la legitimidad de interpretar las acciones como un ataque y proceder en consecuencia.
Sin embargo, según ha denunciado el exilio, las avionetas fueron derribadas en aguas internacionales, en lo que constituyó un grave crimen dado que ninguna de las aeronaves iba armada o equipada para repeler un desproporcionado ataque militar.