Los restos mortales del migrante cubano Osmani Baldermira Pavón, fueron llevados a la capital mexicana para su repatriación tras su asesinato el mes pasado en la fronteriza Ciudad Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua, informaron este jueves las autoridades.
"Después de este acontecer y los problemas que hemos tenido, por el lugar donde está la familia y el poco apoyo que ha presentado el país cubano para poder ayudarla y repatriar el cuerpo, estamos en posibilidades de hacer la entrega”, afirmó el fiscal de la zona norte de Chihuahua Jorge Nava.
Baldermira, de 40 años de edad, murió acuchillado el 18 de julio a manos de un cubano al que había ayudado a pagar su viaje y que extraoficialmente está identificado como Osbel Nápoles Robaina y quien no ha sido detenido.
La Fiscalía General de Justicia de Chihuahua en Ciudad Juárez asumió los gastos de repatriación ante la negativa de la embajada del migrante cubano.
"Lo que tuvo que pasar es sumamente conmovedor, y lamentablemente a Osmani le tocó morir en nuestra tierra y es lo menos que podemos hacer”, dijo Gabriela Romero Reza, coordinadora en Ciudad Juárez de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la Fiscalía General del Estado.
Entre los incidentes está que la embajada cubana nunca informó a la familia del asesinado pese a recibir la notificación de la Fiscalía mexicana en Juárez.
El ataúd con los restos de Osmani partió el lunes de Ciudad Juárez a la Ciudad de México tras más de un mes en el Forense a la espera de que su familia pudiera identificarlo desde la distancia y conseguir ayuda para retornarlo sin costo.
Desde Cuba, la familia pidió ayuda a su embajada en México para la repatriaciónn pero obtuvo una respuesta negativa y tardía. “Queremos darle cristiana sepultura, que sus padres octogenarios puedan verlo por última vez y despedirlo como se merece“, imploraba su viuda, Kenia Beatriz Trujillo Leyva, de 39 años.
En Ciudad de México los trámites para enviar el ataúd con los restos se complicaron ante la embajada cubana porque se “pusieron muchos candados”, como pedir su pasaporte, evidencia de su muerte y un ataúd hermético que cuesta 1.600 dólares, explicaron las autoridades mexicanas.
Además se pidió un cuota de 5,000 pesos mexicanos (unos 255 dólares) para hacer cubana el acta mexicana de defunción y se solicitó que el traslado se hiciese en la compañía aérea cubana y la colocación de sellos en el ataúd.
Una denuncia de la prensa en Estados Unidos sobre las traba hizo que se suavizara la actitud de la Embajada de Cuba en México, que finalmente concedió todos los permisos para la repatriación.
Los restos de Osmani Baldermira Pavón llegarán a La Habana el martes 27 de agosto porque el aeropuerto de Holguín no admite cadáveres.
El ataúd recorrerá entre doce y catorce horas por carretera hacia Holguín y de ahí, a Velasco, donde sus padres octogenarios lo esperan. Su padre, que tiene episodios donde pierde la memora, piensa que su hijo regresara vivo.
“Yo creo que no voy a poder velarlo una hora”, dijo la viuda de Osmani, con el que llevaba la mitad de su vida. Teme que el cuerpo, que permanece refrigerado en una funeraria, sufra un mayor deterioro durante la espera en la Ciudad de México.