Managua, 3 oct (ADN CUBA).- Tres personas murieron en un ataque armado a una comunidad indígena en el norte de Nicaragua, informó este jueves la policía, en medio de dudas de si el hecho está o no vinculado con la inseguridad e inestabilidad política que vive el país desde el levantamiento civil contra el Gobierno de Daniel Ortega, el año pasado.
En un comunicado, la policía aseguró que un operativo en la zona ya produjo la captura de varios presuntos atacantes.
El ataque se produjo el miércoles, en la Comunidad Laguna de Kukalaya, en el territorio indígena Prinzu Auhya, municipio de Prinzapolka, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN).
Según la policía y reportes de prensa, un grupo de hombres armados con escopetas y otras armas llegaron al asentamiento la mañana del miércoles con el objeto de desalojar a los habitantes de sus casas.
Dos de los atacantes murieron cuando los residentes se resistieron y repelieron la agresión, mientras que el tercer fallecido era parte de la comunidad, añadió el comunicado.
Los fallecidos fueron identificados como Tony Dixon López, de 26 años, alias Sargento, y Rodolfo Aguilar Castro, de 58 años, alias Barba Roja, los dos eran parte del grupo armado, mientras que en la acción también murió Javier Torres, de 28 años, oriundo del lugar.
La policía dijo que capturó a ocho personas, presuntas participantes del ataque.
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El comunicado añadió que los atacantes quemaron varias viviendas y una iglesia evangélica, pero no dio mayor detalle sobre los motivos que tuvieron para arremeter contra esa comunidad, enclavada en la costa atlántica del país y casi desconectada del resto del país.
De momento, la incursión armada contra el asentamiento indígena no ha sido vinculada con las acciones violentas de grupos paramilitares contra la población civil, que se han dado en el marco de la inestabilidad política que vive el país desde abril de 2018, cuando estalló un levantamiento ciudadano contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Periodistas nicaragüenses consultados por ADN CUBA dijeron que, debido al secretismo con el que Estado maneja la información, no se puede confirmar si hay o no vínculo con la represión gubernamental contra la población, a partir de los hechos de abril de 2018.
Pero una reportera añadió: “Tampoco se puede descartar, porque esa región siempre ha sido conflictiva históricamente, pues ahí se han asentado grupos de rearmados”, como se les llama a los excombatientes que lucharon contra los sandinistas en la década de los 80, y quienes en los últimos años también se han opuesto al actual Gobierno de Ortega.
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“Cuando veo que llegaron a quemar casas, parece como si estoy leyendo una nota de los 80, porque eso hacía el ejército sandinista entonces”, dijo a ADN CUBA la periodista, desde Managua.
Si bien el régimen logró sofocar la rebelión de abril del año pasado, el país no supera la crisis y las organizaciones de derechos humanos siguen denunciado el acoso y abusos del régimen contra opositores políticos.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 328 nicaragüenses murieron, más de 2.000 resultaron heridos, unos 800 fueron encarcelados y otros 70.000 han emigrado a causa de la "represión estatal de las protestas”.
Ortega, sin embargo, asegura que la rebelión social fue "un intento fallido de golpe de Estado” y ha acusado a la CIDH y a las Naciones Unidas de presentar "informes sesgados y parcializados” sobre la crisis política, la más grave de las últimas cuatro décadas en este país.
El gobierno solo reconoce 200 muertos, entre ellos 22 policías.