El enviado especial de EE. UU. para Venezuela, Elliott Abrams, aseguró que espías cubanos destacados en Caracas vigilan de cerca a los militares del país sudamericano, en un esfuerzo, se entiende, de detectar un posible rompimiento en las filas del ejército que acabe con el poder que, hoy por hoy, mantiene en el Ejecutivo a Nicolás Maduro.
En una entrevista con la agencia Efe, publicada este jueves, Abrams dijo que desde que asumió el cargo, en 2019, estaba claro que “los cubanos estaban ahí”, en Venezuela.
Los cubanos “tienen unos pocos miles de agentes de inteligencia allí. Y, a medida que estudiamos más y más lo que estaban haciendo, quedó más claro lo que estaba sucediendo dentro del Ejército venezolano. (El Ejército) es vigilado por esos espías cubanos todos los días. (...)”, aseguró el funcionario estadounidense.
Añadió que para los EE. UU. quedó claro que el papel de Cuba era cada vez más importante en Venezuela, y “cuanto más preguntábamos por el comportamiento de las personas en el Ejército, mejor podíamos apreciar la presencia de los cubanos espiándolos, claramente limitando su comportamiento”, dijo.
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“Está claro que los altos mandos militares están asustados porque saben que les están espiando y constantemente tienen miedo de hablar, miedo de haber llamadas telefónicas, de enviar correos electrónicos”, aseguró Abrams.
Investigaciones independientes y reportes de prensa han dado cuenta de cómo el régimen de Maduro puede mantenerse a flote gracias al apoyo del Ejército.
Mucho de ese apoyo lo mantiene gracias a una intrincada red de corrupción cuyos frutos el régimen ha necesitado compartir con la oficialidad del Ejército, para mantenerlo de su parte, de acuerdo con esos informes.
A esa conclusión llegó el pasado octubre una investigación periodística del portal Infobae, que llamó a toda la red de corrupción estatal, que involucraba a los varios niveles de funcionarios e instancias involucradas, El Cartel de los Soles.
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“En la Fuerza Armada Nacional Bolivariana coexisten cuatro tipos de oficiales. Una minoría que no alcanza al uno por ciento, que se beneficia de forma desmesurada y casi grotesca, de las actividades criminales, de corrupción o que consiguen a través del abuso de sus privilegios”, señaló el reporte de Infobae.
Agregó hay otra minoría, de un 10% de oficiales que, si bien no participan del festín criminal, actúan en beneficio propio, son cómplices por omisión, por dejar hacer o mirar hacia otra parte “cumpliendo órdenes”.
“Pero todos, incluyendo a sus familiares directos, están monitoreados, supervisados y examinados con lupa por la temible Dirección General de Contrainteligencia Militar y los especialistas cubanos, pendiente de la más mínima sospecha para arruinarles la vida”, señaló la investigación.
Y añadió: “A partir del año 2002, entre una corrupta alta oficialidad venezolana empieza la danza de los millones. Contaban con el visto bueno presidencial y gozaban de impunidad casi absoluta dentro del territorio venezolano”.
(Con información de Efe)