El presidente de Iberia, Luis Gallego, aterrizó en La Habana la noche del jueves a bordo del nuevo Airbus A330/200 con el nombre de la capital de Cuba, para reafirmar su apuesta por la isla en un momento de incertidumbre para las inversiones de las empresas extranjeras.
"Este avión lo estamos utilizando en muchas rutas, entre ellas las rutas asiáticas, y siempre es un orgullo ollevar el nombre de esta ciudad por el mundo", declaró Gallego a un reducido grupo de medios tras su llegada al aeropuerto José Martí de La Habana.
El viaje del presidente de Iberia sirvió para conmemorar el 70 aniversario del primer vuelo de la compañía al país caribeño, que tuvo lugar el 21 abril de 1949.
Esperamos poder seguir volando por lo menos otros 70 años más", afirmó Gallego, tras remarcar que la mayor aerolínea española ha reafirmado su apuesta por Cuba recientemente con el aumento de la frecuencia de trayectos desde España de 5 a 7 semanales, lo que supone un vuelo al día.
"Vamos a volar en todos nuestros vuelos con una clase nueva, la Premium Economy, que está funcionando muy bien en las rutas donde estamos operando con ella y que va a dar un salto al turismo y los ingresos de Cuba", agregó.
La visita del presidente de Iberia también obedece a la conmemoración este año del quinto centenario de la fundación de La Habana, así como a la feria de turismo FITCuba que se celebra estos días en la capital.
En este marco, participará en una reunión con empresas españolas junto a los ministros de Turismo y de Transportes de Cuba, Manuel Marrero y Eduardo Rodríguez, respectivamente, así como en la presentación de un documental sobre la isla y un concierto, ambos patrocinados por la aerolínea.
La apuesta de Iberia por Cuba llega a pesar de la activación la pasada semana en EEUU del título III de la ley Helms-Burton, que permite a estadounidenses demandar a empresas extranjeras que se beneficien de sus terrenos o inmuebles expropiados tras la Revolución de 1959.
Esto podría afectar a empresas españolas que operan en propiedades que estaban en manos privadas antes de la llegada de Fidel Castro al poder, como es el caso del aeropuerto José Martí, en caso de que su anterior dueño presente una demanda en un tribunal estadounidense.
En todo caso, tanto España como la Unión Europea (UE) consideran el título III de la ley Helms-Burton contrario al derecho internacional por su carácter extraterritorial y han instado a las empresas a ignorarlo, además de anunciar contramedidas legales.