Tras participar el domingo en una pequeña protesta en favor de una intervención militar en Brasil, durante la que irrespetó las medidas de distanciamiento social para contener el coronavirus, el presidente Jair Bolsonaro salió este lunes en defensa de la democracia.
De ese modo, el presidente brasileño intentó dejar en claro que se opone a un eventual cierre de la Corte Suprema y del Congreso, como lo sugirieron algunos de sus seguidores en la protesta del domingo, y quienes también demandaron el fin de las cuarentenas.
Bolsonaro fue objeto de duras críticas tras arengar a un grupo de manifestantes que el domingo desafiaron la cuarentena para pedir el cierre del Congreso y la vuelta del llamado Acto Institucional 5 (AI-5), una iniciativa adoptada en 1968 por la dictadura militar (1964-1985) que dio carta blanca a la represión.
El presidente subrayó hoy su compromiso con la Constitución brasileña y antepuso la "democracia y la libertad por encima de todo".
Lea también
"Aquí no hay que cerrar nada, esto es democracia y respeto la Constitución brasileña y pido que no se hable de eso (un cierre de las instituciones) aquí en mi casa", declaró Bolsonaro a simpatizantes y a la prensa a su salida del Palacio da Alvorada, la residencia oficial del mandatario en Brasilia.
El jefe de Estado justificó su presencia en la protesta del domingo a las puertas del cuartel general del Ejército en Brasilia y señaló que los manifestantes, en realidad, pedían el fin de la cuarentena, como promulga Bolsonaro.
"No dije nada contra el Supremo y contra el Congreso, solo hablé en volver al trabajo y pueden escuchar mi discurso, cualquier cosa fuera de ese contexto es querer incendiar una nación", añadió el gobernante este lunes.
Bolsonaro volvió a ignorar, el domingo, las recomendaciones de aislamiento social defendidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar el avance del COVID-19, que ya ha dejado 2.462 muertos y 38.654 contagios en el país, y compareció ante sus seguidores, a quienes respaldó públicamente.
Lea también
El gobernante, quien ya tuvo sospechas descartadas de haber sido contagiado por el coronavirus durante un viaje a comienzos de marzo a Estados Unidos, tosió en reiteradas veces sin tomar cuidado y muy cerca de las personas que lo acompañaban, como asesores, diputados y escoltas, según reportó Infobae.
La actitud de Bolsonaro fue reprobada en duros términos por el presidente del Congreso, quien lamentó la doble lucha de los brasileños en plena pandemia: la del coronavirus y la del "virus del autoritarismo".
También reaccionaron líderes de diferentes partidos de oposición, entre ellos los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT) y Fernando Henrique Cardoso (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB).
La organización Human Rights Watch (HRW), por su parte, criticó este lunes el "radicalismo" de Bolsonaro y su "poco aprecio a las instituciones democráticas "de Brasil en momentos en que es necesaria "la unión de todos contra la diseminación del COVID-19".
Bolsonaro critica constantemente a los líderes del Congreso, a los gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena y distanciamiento social para contener la propagación del coronavirus que en Brasil ya cobró casi 2.500 muertes y más de 38.600 casos, acotó Infobae.
(Con información de Efe)