Develan polémica estatua del comunista Lenin en Alemania tras batalla legal

Un nuevo monumento a Lenin,fundador de la Unión Soviética, fue inaugurado en Alemania, en medio de una disputa global sobre el controvertido trasfondo de figuras históricas inmortalizadas como estatuas
Dos claveles rojos depositados junto a un bajorrelieve de Lenin en una estación del metro de Minsk el 22 de abril de 2020, día del 150 aniversario de su nacimiento. AFP
 

Reproduce este artículo

Mientras en varias ciudades se derrocan estatuas de figuras históricas con un pasado colonial, en respuesta a la muerte del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía de Minneapolis, un pequeño partido comunista develó este sábado una nuevo monumento, en honor al dirigente bolchevique ruso Lenin, fundador del estado soviético que tantas muertes causó en Europa.

El Partido Marxista-Leninista de Alemania (MLPD) inauguró la estatua del comunista y jefe de Estado Vladímir Ilich Uliánov (1870-1924), en Gelsenkirchen, en el oeste del país.

Según la minúscula formación de extrema izquierda, este Lenin de metal es el primero de ese tipo erigido en la otrora Alemania Occidental, en más de treinta años después de la caída del muro de Berlín, que puso fin a la experiencia comunista de la RDA.

Léna, militante comunista desde hace un tiempo, aseguró que “con la crisis financiera, y esta crisis del coronavirus, los jóvenes (...) comprendieron que este sistema capitalista en que vivimos ya no genera esperanza".

La joven de 23 años, integra un grupo de alrededor de 800 personas, que según datos de los organizadores asistieron a la inauguración de la estatua en la ciudad de la cuenca del Ruhr, “en una ceremonia festiva donde flotan las banderas rojas y el olor de las salchichas asadas. Quien quiera aprender puede también comprar literatura comunista”, según se precisó en una nota emitida por la agencia AFP.

La estatua mide 2,15 metros de alto. Inicialmente fue fundida en la República Checa en 1957, y debía ser inaugurada en marzo en la sede nacional del partido, pero el acto tuvo que aplazarse por la pandemia de coronavirus, de acuerdo a informaciones de medios de prensa alemanes.

"La época de los monumentos en honor a racistas, antisemitas, fascistas, anticomunistas y otras reliquias del pasado ha quedado atrás, claramente", consideró la presidenta del MLPD, Gabi Fechtner, en un comunicado.

Lenin "fue un pensador avanzado a su tiempo de una importancia histórica mundial, un combatiente de primera hora por la libertad y la democracia", señaló, pero al parecer olvida lo que significó la dictadura de su partido, sobre todo bajo el mandato de Stalin, que masacró y encarceló a judíos, polacos e intelectuales críticos.

Luego Fechtner también aprovechó para elogiar a Lenin, a los filósofos y padres del comunismo Karl Marx y Federico Engels, el fundador de la República popular de China Mao Tsé-tung y el dictador José Stalin. 

Pero no todos en Gelsenkirchen, centro de la antigua región industrial y minera de Ruhr, han acogido con beneplácito el nuevo monumento.  

Partidos del consejo general de Gelsenkirchen-Oeste en una resolución declararon: "Lenin simboliza la violencia, la represión, el terrorismo y sufrimientos humanos horribles. El consejo no tolerará un símbolo antidemocrático” e instaron a "utilizar todos los medios legales" para bloquear su instalación.

No obstante, en marzo, el tribunal superior del estado de Münster rechazó el intento por detener la estatua que, según argumentaban, “impactaría un edificio histórico en el mismo sitio”.


Tras la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo, el movimiento mundial Black Lives Matter (La vida de los negros importa) encontró cierto eco en Alemania, donde se celebraron varias manifestaciones y se planteó la posibilidad de cambiar el nombre de algunas calles.

Desconocidos rociaron pintura roja sobre la estatua de Otto von Bismark en Hamburgo, el "canciller de hierro", padre de la unificación alemana en 1871, quién acogió en 1884 la Conferencia de Berlín en la que se organizó la repartición de África entre las potencias europeas. 

Aunque en Alemania no se ha derribado ninguna estatua, como sí sucedió en países como Estados Unidos, el Reino Unido y Bélgica.

En el país que lucha por superar desde hace décadas su pasado nazi, Urte Evert, directora del museo de la Ciudadela de Spandau, afirmó que "no hemos avanzado mucho con el colonialismo, al que desde hace tiempo hicieron frente Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña".

Para ella, las estatuas, acompañadas de una placa en la que se explique el pasado menos glorioso del personaje representado, podrían "posibilitar el debate público" y contribuir de ese modo a trabajar la memoria histórica.

 

(Con Información de AFP)

 

 

Relacionados