El presidente estadounidense, Donald Trump, selló ayer con el viceprimer ministro chino, Liu He, en una ceremonia en la Casa Blanca, la primera fase del acuerdo comercial entre Washington y Beijing, que supone una tregua tras meses de tensiones entre los dos países.
En una comparecencia en la Casa Blanca, Donald Trump ha descrito el proceso de negociaciones como “complejo” y “realmente duro”, al tiempo que ha expresado su deseo de visitar China en un futuro “no muy lejano”.
Trump calificó el acuerdo de “paso trascendental” para un “futuro comercial justo y recíproco” entre EEUU y China.
Liu leyó una carta del presidente Xi Jinping, que destacó que la firma “es buena para China, para EEUU y para el mundo”, y expresó su confianza en que las relaciones entre los dos países sea “de mutua confianza y cooperación”.
Aunque en un principio Trump había adelantado que Xi participaría en la ratificación del acuerdo, Beijing finalmente envío a Liu a la ceremonia en la Casa Blanca.
Según el acuerdo, China se compromete a comprar bienes estadounidenses por valor de unos 200 000 millones de dólares en dos años, entre ellos 50.000 millones en productos agrícolas, 50 000 millones en energía y 75 000 millones en manufacturas, mientras EEUU rebaja a la mitad, hasta el 7,5%, los aranceles impuestos a importaciones chinas por valor de 120 000 millones de dólares.
Trump indicó que los aranceles se mantienen en vigor como elemento de negociación de cara a la segunda fase del pacto comercial. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, presente en la ceremonia, señaló que la nueva fase de negociaciones comerciales podría segmentarse en “fase 2A, 2B, 2C”, aún sin fecha, y abordará las quejas de EEUU sobre robo de propiedad intelectual.
Las negociaciones entre ambas partes han sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas desde que en octubre se anunció un principio de acuerdo. Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3 % para 2019, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado la disputa.