La expresidenta boliviana, Jeanine Áñes, declaró en la madrugada de este viernes 30 de octubre que enfrentará el juicio de los legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia y pidió que sea una “investigación imparcial", después ser juzgada por delitos como genocidio.
Jeanine Áñez reaccionó a través de la red social de Twitter al informe de una comisión parlamentaria, aprobado en la noche de este jueves por la Asamblea Legislativa de Bolivia, en su mayoría miembros del MAS, partido del expresidente boliviano Evo Morales.
El informe de una comisión de investigación recomienda un juicio de responsabilidades, un mecanismo previsto en la Constitución boliviana para procesar a altas autoridades del Estado como su presidente, por muertes de al menos 26 personas durante la crisis política y social que atravesó Bolivia el año pasado, indicó EFE.
El informe final de la Comisión Especial Mixta investiga los genocidios en Senkata, Sacaba y Yapacaní, ocurridos en 2019. Frente a estos señalamientos Áñez dijo ser “inocente de sus acusaciones”.
"Voy a defenderme y lo haré desde Bolivia (...) aquí estoy y doy la cara", añade la mandataria transitoria del país, en el que el próximo 8 de noviembre está previsto que tome posesión como nuevo presidente Luis Arce, ganador por el MAS de las pasadas elecciones del 18 de octubre.
La comisión mixta entre las cámaras de Senadores y de Diputados considera que hubo "masacres" en ciudades bolivianas como El Alto y Sacaba, en las que murieron en cada caso diez civiles por disparos durante operativos militares y policiales en noviembre de 2019.
Además de Áñez, la comisión recomienda que se procese a once miembros de su gabinete por 26 muertes, un centenar de heridos y numerosos detenidos en lo que califica de "represiones policiales y militares" tras las elecciones generales de 2019.
En aquellas elecciones, por cuarta vez consecutiva, Evo Morales terminó como vencedor, pero luego fueron anuladas tras varias denuncias de un posible fraude electoral, que sigue bajo investigación. En ese mismo año Morales renunció a su cargo, denunciando que fue forzado por un golpe de Estado.
El 12 de noviembre, Jeanine Áñez, senadora de la oposición en aquel entonces, activó un mecanismo sucesorio ante vacíos de poder para asumir la Presidencia de forma interina.
El país atravesó entre octubre y noviembre de 2019 una grave crisis política y social, con episodios de violencia que provocaron al menos 37 muertos y más de 800 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.