La OMS y cómo China puede tomar ventaja de la retirada de EE.UU

Después de sus errores y de la salida de Estados Unidos, ¿cuál es el futuro de la Organización Mundial de la Salud? Probablemente, el único ganador podría terminar siendo China, que tendrá el terreno libre para aumentar su influencia
Donald Trump y el presidente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus
 

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A inicios de abril, el presidente estadounidense Donald Trump, comenzó a cuestionar el papel de la Organización Mundial de la Salud en la gestión de la pandemia. El líder de la Casa Blanca amenazó luego con cortar los fondos a la organización e indicó algunas modificaciones para que cumpliera en un plazo de 30 días; de lo contrario Estados Unidos abandonaría la institución, la cual integraba desde su fundación en 1948.

“Detallamos los cambios que debía hacer y se los comunicamos directamente, pero se ha negado a actuar. Como falló en implementar las tan necesitadas y solicitadas reformas, vamos a terminar nuestra relación con la OMS y a redirigir esos fondos a otras necesidades globales de salud pública”, afirmó Trump en una conferencia de prensa mientras cumplía su amenaza.

El argumento que dio el mandatario fue el mismo con el que insiste desde el mes pasado. “China tiene un control absoluto de la OMS pese a que solo paga 40 millones de dólares, en comparación con la cantidad de dinero que gastamos nosotros, que son aproximadamente 450 millones cada año”, afirmó. “Autoridades chinas ignoraron sus obligaciones de reportarse a la OMS y la presionaron para que engañara al mundo tras descubrirlas por primera vez".

Pero ninguno de los posibles problemas económicos derivados de esta noticia se compara con sus efectos políticos, se asegura en un reporte de Infobae.  

Probablemente, el único ganador termine siendo China, que tendrá el terreno libre para aumentar su influencia. Semanas atrás, Beijing se comprometió a aportar 1.100 millones de dólares adicionales, monto que Xi Jinping amplió luego a 2 mil millones.

La OMS está compuesta por 194 países y tiene unos 7 mil empleados repartidos en distintas partes del mundo. Su presupuesto, el cuál afirman varios expertos es bastante escueto para toda su gestión, es de alrededor de 2 mil 800 millones de dólares anuales, los cuales se verán comprometidos tras la salida de Estados Unidos, el principal aportante.

 
El portazo de Trump y el futuro de la OMS

“Vamos a retener el dinero enviado a la OMS. Vamos a retenerlo con fuerza y vamos a ver”, dijo en una conferencia de prensa el 7 de abril Donald Trump. “Se equivocaron, se equivocaron”, agregó.

El etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la agencia de la ONU, no ha respondido directamente a las acusaciones del gobernante de EE.UU. Adhanom trató de disuadirlo, pero no tuvo mucho éxito. “La prioridad de todos los partidos políticos debería ser salvar a su gente. Por favor, no politicen este virus”, imploró en una reunión informativa en Ginebra. “Pero si quieren tener muchas más bolsas con cadáveres, háganlo”.

Trump redobló la apuesta. El 18 de mayo acusó a la OMS de haber hecho “un trabajo muy triste” y amenazó con reducir de 450 a 40 millones los fondos aportados. “Nos dieron muchos malos consejos, terribles consejos (...) Se equivocaron tanto, siempre del lado de China”, afirmó el mandatario.

En tanto, algunos funcionarios europeos anticiparon que ampliarán sus desembolsos, para compensar lo que deje de aportar Estados Unidos.

Por su parte, William J. Long, profesor del Instituto de Estudios Globales de la Universidad Estatal de Georgia, consultado por Infobae, refirió:

“La OMS es una organización burocrática muy grande, inclusiva y diversa, con un presupuesto rígido y demasiado pequeño para sus mandatos. Por lo tanto, no es ágil en la realización de reformas. Además, está en medio de una crisis de proporciones históricas. Creo que podemos esperar que siga reexaminando sus procedimientos con el objetivo de que ser más receptiva y menos politizada”.

David S. Fedson, profesor de epidemiología retirado, con larga trayectoria en Estados Unidos y Francia, agregó:

“No creo que haya buenas probabilidades para una reforma importante de la OMS en lo que me queda de vida. Siempre se ha hablado de esto y se han emprendido muchas iniciativas que no han llegado a ninguna parte. (…) Con las rivalidades políticas internacionales dominando su polarizada política, está atrapada en el medio. La OMS sigue contando con un gran número de funcionarios talentosos y dedicados que realizan una labor heroica. También tiene un enorme número que es madera muerta. Es ingenuo esperar que haga por sí sola algo demasiado efectivo”.

En cualquier caso, el desprestigio por un manejo errático de la crisis en el primer mes y la retirada de la primera potencia mundial, generan una fuerte incertidumbre sobre el futuro de la organización. Justo cuando resulta evidente la necesidad de una eficaz coordinación global para enfrentar una pandemia.

 

 

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