En tiempos en los que cualquier persona puede ser un portador asintomático del nuevo coronavirus, los militares norteamericanos de la base de Daegu, en Corea del Sur, están utilizando un curioso método propio.
El sencillo test, de muy bajo costo y según aseguran al mismo tiempo muy efectivo, se basa en descubrir uno de los efectos menos visibles de la enfermedad COVID-19. El procedimiento comenzó a aplicarse en varios puntos de acceso, según informó la revista estadounidense Newsweek.
La “prueba del vinagre” aprovecha el reciente descubrimiento de que cerca del 80 por ciento de los pacientes diagnosticados con la COVID-19 pierden por completo el sentido del olfato, y un porcentaje aún mayor (el 88 por ciento) sufre algún grado de alteración del gusto, según un estudio internacional.
Sin tomar la temperatura a la persona, ni siquiera tener que preguntarle sobre su itinerario y contactos resientes, historiales de viajes o de salud, el personal militar realiza la "prueba del vinagre" a aquellos que visitan la guarnición del ejército estadounidense en Daegu, el foco del brote en ese país asiático.
Desde el viernes, a las personas que intentan ingresar a esas instalaciones militares se les pregunta al azar si podían oler el vinagre de manzana como parte del proceso de evaluación de la salud que se llevó a cabo desde que comenzó el brote el 20 de febrero.
Aquellas personas afectadas del olfato o que son alérgicas al vinagre, recibieron instrucciones de informar a los evaluadores sobre su condición.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no lo ha enumerado como un síntoma, reconoció que está investigando el vínculo entre la anosmia y el coronavirus.
Según explicaron en sus redes sociales los guardias norteamericanos, “el principal síntoma para un 30% de los pacientes con casos leves es la pérdida del olfato (o anosmia), según estudios recientes, y el 66% de los pacientes de COVID-19 sufren de anosmia”.
Si la persona no huele el fuerte aroma del vinagre, inmediatamente es informada de la situación. Newsweek aclaró además que cada algodón utilizado es automáticamente desechado luego de cada examen.
El síntoma de “pérdida del olfato” se vinculó recientemente con el coronavirus, después de que varios médicos se sorprendieran ante el aumento de casos sin una congestión nasal evidente del paciente.
"Nos pareció raro", le dijo el otorrinolaringólogo Alain Corré, del Hospital Rothschild de París, a la agencia AFP.
Junto a su colega Dominique Salmon del hospital Hôtel Dieu, le hicieron la prueba a unos 60 pacientes con anosmia y “el 90% eran positivos de coronavirus”.
"En el contexto actual, si usted tiene anosmia sin congestión nasal, es que es positivo a la COVID-19, no vale la pena ni pasar el test ", explicó el doctor Corré. En ese caso, hay que aislarse para no contagiar a los demás, en caso de que el síntoma en sí no sea grave.
"El virus es atraído por los nervios: cuando penetra en la nariz, en vez de atacar la mucosa como otros virus, ataca el nervio olfativo y bloquea las moléculas del olor", explica Corré. En principio se trata de una afección local. "Hay un vínculo evidente" entre la anosmia y el virus, afirmó Jean-Michel Klein, presidente del Consejo Nacional Profesional de los ORL, que ejerce en París. "No todos los positivos con COVID-19 son anósmicos, pero todos los anósmicos aislados sin causa local, sin inflamación, son positivos de COVID-19", indicó el especialista a la AFP.
En el contexto cubano y ante el avance del coronavirus por la isla podría ser una alternativa casera a las pruebas rápidas chinas, puestas en duda por naciones europeas y que aplica el gobierno solo a quienes tienen síntomas evidentes. Aunque el cubano que pretenda realizar el curioso test que idearon los norteamericanos, tendría que encontrar primero el vinagre en alguna tienda del país.
(Con información de Newsweek y la agencia AFP)