El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, aseguró que Cuba, Nicaragua y Venezuela recibirán ayuda de su país para modernizar sus fuerzas armadas y preparar la defensa contra “todo tipo de enemigos”.
Shoigu no especificó si los tres países han hecho oficialmente una petición de ayuda, pero en un discurso dado el miércoles durante una conferencia sobre seguridad internacional realizada en Moscú, hizo referencia al apoyo militar que la potencia ha entregado en anteriores ocasiones a sus aliados latinoamericanos.
El general se refirió en particular a “intentos permanentes de instigar revoluciones” y “diferentes formas de presión” que padecen, según él, estos y otros países de Iberoamérica, aliados de Rusia en la región.
“Históricamente hemos establecido alianzas con Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países. Durante muchos años han resistido diversas formas de presión, incluida la amenaza del uso abierto de la fuerza militar”, afirmó el funcionario, quien no especificó de dónde provienen, pero según analistas fue una alusión a EE. UU. y la oposición interna.
Según sus palabras, difundidas por la agencia estatal TASS, “las sanciones económicas y financieras son ampliamente utilizadas y se complementan con el uso de la fuerza, la provocación de incidentes militares y las campañas de desinformación de la población”.
Sus declaraciones se dan el mismo día que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos diera el visto bueno una la ley, bautizada como RENACER, que impone sanciones al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, tras los arrestos anticonstitucionales de opositores que podrían ensombrecer su camino a la reelección.
La norma incluye un apartado que le permite a la Administración Biden reunir información de inteligencia sobre las actividades e intereses de Rusia en el país centroamericano.
Daniel Ortega durante su última visita a Rusia (ICN)
Hace dos años, con motivo del 40 aniversario de la Revolución Sandinista, el presidente Vladímir Putin felicitó a su homólogo nicaragüense a quien llamó “hermano”. Le garantizó que “Nicaragua siempre podrá contar con la ayuda de Rusia en la realización de sus objetivos de desarrollo y en la defensa de su soberanía nacional”.
Ortega correspondió respaldando la política de Putin en la crisis de Ucrania y criticó las sanciones impuestas por Occidente contra Moscú en ese momento.
Moscú, que ya en la época soviética mantenía una fluida relación con los sandinistas, restableció los viejos lazos cuando Ortega recuperó la presidencia en 2007. Rusia, a diferencia de los países de Occidente, no ha reprochado a Ortega el asesinato de centenares de manifestantes en 2018 ni los arrestos de opositores este año.
A cambio de esos respaldos, el líder ruso financió un centro de entrenamiento para la lucha contra el narcotráfico en Managua, además de ayuda para la modernización del Ejército. Ocho años después, en 2016, Rusia informó oficialmente de que enviaba a Nicaragua 50 tanques de guerra del tipo T-72, sistemas de defensa antiaérea ZU-23-2, helicópteros Mi-17V-5, así como “un lote” de vehículos blindados. Los encargos de Nicaragua a Rusia incluyeron cuatro lanchas patrulleras, a un costo aproximado de 45 millones de dólares.
“Las declaraciones de Shoigu colocan a Nicaragua nuevamente en el foco de los reflectores de las alarmas en América Latina y particularmente en Estados Unidos. Es probable que eleven el nivel de preocupación de Washington en Centroamérica, que puede caer de nuevo en un esquema perverso de disputas entre potencias”, aseguró la socióloga nicaragüense Elvira Cuadra a El País.
Los lazos entre La Habana y Moscú también se remontan a la época soviética. Sin embargo, las relaciones con Caracas son relativamente recientes. Se intensificaron cuando Washington anunció sus planes de desplegar el escudo antimisiles en Europa oriental. Desde entonces, Rusia se ha convertido en uno de los principales suministradores de armas de Venezuela y ha firmado importantes contratos en el sector energético.