Una historia desgarradora que demuestra que también existen padres responsables capaces de darlo todo por sus hijos. Hugo Alberto Vicente, que reside en El Salvador, tuvo un giro de 180 grados en su vida, después de que su esposa falleciera al dar a luz a sus trillizas.
Vicente se convirtió en padre de tres niñas el 1 de mayo, pero su esposa, Erika de Vicente, entró en estado crítico y falleció diez días después del parto.
Ana Zafiro, Andrea Nicolle y Ariana Giselle son trillizas y desde ese momento quedaron al cuidado de su padre. La familia vive en la colonia Vista Linda, del cantón Plan del Pino, en el municipio de Ciudad Delgado.
Para Hugo perder a su mujer –supuestamente por complicaciones por una bacteria que, aparentemente, adquirió durante la cesárea que se le practicó- no solo le representó un duro golpe emocional, sino también le complicó las condiciones para cuidar a su primera niña, de cinco años.
Hugo Vicente encontró apoyo en su familia. Afortunadamente, se turnan para cuidar a las trillizas mientras él trabaja por la mañana.
Fue una tarea titánica para este hombre, quien asegura que las pequeñas se portan bien, pero a la noche les cuesta dormir. No obstante, encontró refugio en su hija de cinco años, que también ayuda en el cuidado de las trillizas.
Aunque no fue una situación fácil para este salvadoreño, quien en medio de la pandemia, intenta salir adelante por sus hijas, su motor, reconoce que encontró apoyo en la comunidad y algunas fundaciones altruistas, que le brindaron ayuda para mejorar su economía.