Después de las atrocidades genocidas que ha sufrido la humanidad en los últimos seis años, primero en Siria e Irak, perpetradas por Daesh contra minorías religiosas como los yazidíes y los cristianos; y la segunda en Myanmar, cometidas por el ejército birmano contra los musulmanes rohingya y otros grupos religiosos: continúan las barbaries.
En Nigeria están ocurriendo monstruosidades masivas perpetradas por Boko Haram, un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico y las milicias fulani en el Cinturón Medio. Sus crímenes continúan sin denunciarse ante la comunidad internacional y disímiles interrogantes siguen vigentes mientras mueren miles de personas:
¿Cómo explicará el gobierno nigeriano los asesinatos en masa registrados en el país? ¿Qué está haciendo el gobierno nigeriano para garantizar que los actos sean investigados y los autores procesados?
Un reportaje publicado recientemente por Forbes, centra la atención en el destino que sufren los nigerianos afectados y totalmente desprotegidos ante los conflictos y el acercamiento a estas atrocidades que han tenido algunas entidades internacionales.
Según refiere la autora del texto publicado por la revista Forbes, Ewelina U. Ochab, defensora de los Derechos Humanos y cofundadora de la Coalición para la Respuesta al Genocidio, el Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió un examen preliminar sobre la situación en Nigeria, en noviembre de 2010. Luego la Oficina del Fiscal (OTP), recibió varias comunicaciones que sugerían hechos atroces de carácter masivo y que involucraban a militantes de Boko Haram con sede en Nigeria.
“Tras identificar múltiples problemas que requieren un escrutinio más detallado, la Fiscalía mencionó seis casos potenciales en los que Boko Haram había cometido crímenes contra la humanidad y dos casos en los que las fuerzas de seguridad de Nigeria cometieron tales crímenes”, señaló la revista Forbes y detalla que los seis casos incluyen:
1) Dirigidos a no creyentes que resultaron en varias muertes; 2) secuestros y encarcelamiento de civiles, asociados con asesinatos, torturas, tratos inhumanos y degradantes; 3) ataques a escuelas, otros edificios destinados a la educación y ataques contra estudiantes y maestros; 4) reclutamiento y uso de niños soldados; 5) ataques contra mujeres y niñas; 6) focalización intencional de edificios designados para prácticas religiosas, incluidas iglesias y mezquitas.
La consecuencia de no renunciar a su fe. Historia de una víctima
Leah Sharibu, una niña nigeriana de 15 años, fue una de las 110 colegialas secuestradas por Boko Haram de su escuela en Dapchi, Nigeria, en febrero de 2018. Forbes, precisó que a pesar de que la mayoría de las niñas han sido liberadas, Boko Haram se negó dejar ir a Leah.
Según una de las otras chicas, Leah se negó rotundamente a renunciar a su fe cristiana, razón que provocó que el grupo terrorista continúe esclavizándola.
“Atacar a mujeres y niñas es una táctica característica de Boko Haram. Somete a mujeres y niñas a abuso físico y mental, violación y violencia sexual, trabajo forzado y mucho más. Sin embargo, entre sus atrocidades, las que son de naturaleza religiosa también son importantes y no se pueden descuidar”, subrayó en su texto Ewelina U. Ochab.
Atrocidades masivas en Nigeria que requieren atención urgente
El 15 de junio de 2020, el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos del Reino Unido para la Libertad Internacional de Religión o Creencia (APPG), publicó un informe sobre las atrocidades masivas perpetradas en Nigeria por la milicia Fulani.
En el documento "Nigeria: ¿Despliegue del genocidio?" se señala: “Se desconoce el número exacto de muertes. Sin embargo, se cree que miles de civiles fueron asesinados en ataques dirigidos por pastores fulani (un pueblo nómada mayoritariamente musulmán, que vive en el Sahel) y violencia periódica en represalia.
Los pastores fulani (también llamados fulas, peuls, fulbes) “van armados hasta los dientes, matan a mujeres embarazadas y niños y destruyen nuestras granjas”, declaró Mons. William Amove Avenya, Obispo de Gboko, en declaraciones para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). En su diócesis, ubicada en el estado nigeriano de Benue, mayoritariamente cristiano, desde el año 2010, los ataques por grupos pertenecientes a este pueblo se han saldado con miles de muertes, con asaltos provistos de numeroso armamento, que también están provocando la huida de la población hacia el sur del país.
“Los fulani se han cobrado en el año 2018, muchas más víctimas que Boko Haram, pero no se hace nada”, señala el prelado.
Por su parte, Humanitarian Aid Relief Trust informa que más de 1,000 cristianos fueron asesinados entre enero y noviembre de 2019, "además de las más de 6,000 muertes estimadas desde 2015". Amnistía Internacional estima que entre enero de 2016 y octubre de 2018 "al menos 3.641 personas pudieron haber muerto, 406 resultaron heridas y quemaron 5.000 casas. Grupos locales, como la Asociación Cristiana de Nigeria, reportan cifras más altas: entre enero y junio de 2018, más de 6,000 personas fueron asesinadas por pastores fulani", publicó Forbes.
La milicia fulani continúa perpetrando atrocidades masivas en el Cinturón Medio de Nigeria. Sus crímenes continúan sin denunciarse.
A principios de este año, Lord Alton de Liverpool, la baronesa Cox, el diputado Fiona Bruce y muchos otros parlamentarios británicos escribieron a la Corte Penal Internacional (CPI), enviando nuevas evidencias de las atrocidades para la consideración de la Fiscalía.
No obstante, aún no se tiene certeza si los casos serán considerados por la CPI. Sin embargo, está claro que el Gobierno nigeriano no abordará el delito de manera adecuada o en absoluto. De hecho, según una declaración del portavoz del presidente Muhammadu Buhari, Garba Shehu, las "falsas acusaciones de persecución de los cristianos" son "una campaña muy engañosa".
“Si el gobierno nigeriano es ciego al tema de la persecución religiosa en el país, está claro que el tema no será abordado”, concluyó Ewelina U. Ochab.
Hay varios pasos que deben tomarse para abordar atrocidades genocidas. El Grupo Parlamentario de Todos los Partidos del Reino Unido para la Libertad Internacional de Religión o Creencia (APPG), -según asegura Forbes- los mapea, incluidas investigaciones y enjuiciamientos exhaustivos. Sin embargo, la respuesta integral no sucederá hasta que reconozcamos, de una vez por todas, la naturaleza y la gravedad de las atrocidades. Los crímenes deben ser reconocidos por lo que son y "una campaña muy engañosa" no es ese nombre.