Un karateca cubano enseñó a luchar a los oficiales de la KGB

Raúl Rizo fue el encargado de entrenar a los guardaespaldas de Fidel Castro, y luego viajó a la Unión Soviética para enseñar a oficiales de las las fuerzas armadas y de orden público.
Raúl Rizo prácticas karate
 

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El portal Russia Beyond publicó la semana pasada un reportaje sobre el karateca cubano Raúl Rizo, que habría sido el encargado de enseñar a luchar a los oficiales del KGB soviético.

Según la publicación, durante una visita oficial del director de la agencia secreta a Cuba, en 1978, los soviéticos conocieron a Domingo Rodríguez Oquendo (más conocido como Raúl Rizo), cuyo estilo de “karate operativo” acabarían convirtiéndose en la base del entrenamiento físico de la agencia secreta soviética, que antes usaba el llamado sambo, (una acrónimo de samozashchita bez oruzhia, autodefensa sin armas), estilo de lucha mixta desarrollado por los rusos después de la segunda Guerra Mundial.

En 1978, Fidel Castro invitó al vicepresidente de la KGB, Vladímir Pirozhkov, a una sesión de entrenamiento de sus oficiales de seguridad, quienes, entre otras cosas, eran sus guardaespaldas. La base del entrenamiento de estas fuerzas especiales era el  llamado “karate operativo”, idea de Rizo, que había había estudiado en los años 60 el estilo clásico de Okinawa de Jyoshinmon Shorin-Ryu, en Japón.

A mediados de los 70, Rizo llegó de Japón a Cuba convertido en maestro. Sin embargo, el karate clásico para él era un deporte para practicar en el tatami y no para usarlo en combates en la vida real. Basado en Jyoshinmon Shorin-Ryu, desarrolló un estilo para las unidades de servicio, las fuerzas armadas y las fuerzas de orden público. El oficial cubano mantuvo los movimientos más mortíferos del karate para neutralizar al enemigo. Su estilo se centraba en los puntos especialmente vulnerables y en aplicar varias llaves.

Muchos oficiales cubanos que participaron en conflictos armados en todo el mundo pueden dar fe de la utilidad del karate operativo. Su estudio se hacía en la Escuela Nacional de Karate, cuya sede habanera estaba sobre el restaurante Caracas en Prado y San Miguel. Para estudiar allí había que pasar los filtros del Ministerio del Interior, que por esa época popularizó el lema “El karate es un arma de la Revolución”.

“Rizo es el único maestro que pudo adaptar los exquisitos movimientos del karate japonés para un verdadero sistema de combate”, declaró uno de sus alumnos en Rusia, Yuri Maryashin, a Russia Beyond. “Lo más importante es que se probó en Angola, Mozambique y Nicaragua”.

Según Valeri Velichko, general de División de la Seguridad del Estado y autor del libro De Lubyanka al Kremlin: Viajes no turísticos por el mundo: “Los expertos señalaron que el sistema operativo de karate desarrollado por Raúl Rizo, y que fue utilizado por las fuerzas especiales cubanas, superaba en sus características prácticas a todos los análogos occidentales e incluso a las disciplinas orientales tradicionales”.

Aunque la postura oficial de la URSS sobre el karate japonés era polémica (las autoridades soviéticas intentaron prohibirlo varias veces por considerarlo un deporte capitalista), Pirozhkov quedó muy impresionado por el estilo de combate que le mostró el cubano. A su regreso a casa informó al jefe del KGB, Yuri Andrópov. Posteriormente el KGB invitó a Rizo a que entrenara a sus oficiales, que hasta ese momento usaban el sambo, desarrollado en la URSS.

Rizo llegó a Moscú en noviembre de 1978, con su ayudante y estudiante Ramiro Chirino, y durante tres meses los cubanos llevaron a cabo sesiones de entrenamiento diarias de 12 horas para oficiales e instructores del KGB.

En febrero de 1979, 50 oficiales soviéticos aprobaron los exámenes y obtuvieron oficialmente el estatus de instructores de karate operativo. Solo unos pocos obtuvieron las calificaciones de instructor para el estilo Jyoshinmon Shorin-Ryu: Yuri Mariashin (cinturón marrón) y Valeri Samóilov (cinturón verde). Mariashin, más tarde, creó su propia versión de karate aplicado que se utilizó en el entrenamiento físico del KGB.

Unos años más tarde, en 1982, agentes del KGB viajaron a Cuba para hacer prácticas de karate operativo, y en 1989 se invitó de nuevo a especialistas cubanos a Moscú, para poner a prueba las habilidades de los guardaespaldas del entonces presidente Mijaíl Gorbachov.

El karate operativo ha sido utilizado por las fuerzas de seguridad rusas desde entonces, convirtiéndose en el único país después de Cuba en adoptarlo. En febrero de 1990, la URSS obtuvo su propia Federación Jyoshinmon, y en julio de 1991, la Escuela Jyoshinmon Syorin-Ryu de la URSS. Ambas organizaciones estaban dirigidas por Yuri Mariashin.

Durante años, Rizo fue presidente de la Federación de Karate-do y Artes marciales Afines de Cuba y de la Comisión de Defensa Personal de Cuba con categoría de Maestro. Murió repentinamente el 22 de marzo del 2011, a los 77 años de edad. Al morir se encontraba jubilado como Teniente Coronel del Ministerio del Interior y ostentaba la categoría de Maestro con el grado de octavo dan.

Aún hoy, los seguidores de las artes marciales en Cuba le rinden homanaje, como puede verse en este video de la TV cubana:

 

 

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