Hace ya 20 años que la música latina perdió a uno de sus grandes exponentes: Tito Puente. El corazón del conocido Rey del Timbal dejó de latir después de una cirugía, sin embargo su legado ha trascendido generaciones.
A Tito Puentes lo identificaba una contagiosa energía, unido a un inigualable estilo y destreza ejecutando el instrumento con el cual recibió reconocimiento mundial unido a la admiración de sus colegas y jóvenes a quienes su ejemplo sirve hoy de guía. El también conocido como el Rey de la Música Latina (King of Latin Music), fue una figura central en la fusión del género jazz con la música latina
En la década de los 50 fue uno de los impulsores del mambo junto a Dámaso Pérez Prado y Tito Rodríguez. Una de sus grandes virtudes era la enorme transformación encima del escenario mientras tocaba y sus expresiones faciales lo demostraban. Meses antes de morir, el 31 de mayo de 2000, le preguntaron sobre la peculiaridad de su estilo, y contestó:
“¿Qué más podría vender? No soy Ricky Martin para menear mis caderas y mostrar mi ombligo. No tengo a una muchacha que cante en la banda. Necesito que la gente vea que me estoy divirtiendo”, cita el diario norteamericano New York Times en el obituario que dedicó al legendario músico, publicado dos días luego de su deceso, en el que se informó que Puente falleció luego de sufrir complicaciones en la cirugía a corazón abierto a la que fue sometido.
Su nutrido repertorio quedó plasmado en cerca de 118 álbumes de estudio en los que, además de la salsa, incluyó ritmos afrocubanos, unido al sonido del merengue dominicano, la bossa nova brasileña y el chachachá cubano.