EE.UU.: “Hay mucha hambre en Cuba", 10 años después del restablecimiento de relaciones
“No se pueden tratar los síntomas, como los apagones, sin abordar la verdadera enfermedad: la falta de democracia en Cuba”, dijo Brian Nichols, subsecretario de Estado de EE.UU. para el Hemisferio Occidental

Creado: December 16, 2024 9:42pm
Actualizado: December 17, 2024 7:40am
A una década del histórico restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el subsecretario de Estado de EE. UU. para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, ha señalado que el régimen cubano desaprovechó una oportunidad única para implementar reformas democráticas significativas. En sus declaraciones a Martí Noticias, Nichols destacó que, a pesar de las expectativas generadas por el acercamiento iniciado en 2014 bajo la administración de Barack Obama, los cambios que la comunidad internacional esperaba nunca se materializaron; por el contrario, ha habido un claro retroceso en la isla.
El 17 de diciembre de 2014 el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, y el dictador cubano Raúl Castro sorprendieron al mundo al anunciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, un paso histórico que apuntaba a una posible mejoría en las condiciones de vida de los ciudadanos cubanos y a la atención de desafíos críticos. Pero el régimen de La Habana no implementó las reformas esperadas, lo que ha generado frustración tanto dentro como fuera del país.
“La restauración de relaciones diplomáticas bajo la administración Obama fue un paso importante para tratar de mejorar la vida de los ciudadanos cubanos y atender retos como la falta de democracia en la isla. Sin embargo, las reformas que hubiéramos querido ver en Cuba no ocurrieron”, expresó Nichols.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas no solo incluyó la reanudación de vínculos oficiales, sino también la liberación de varios prisioneros, entre ellos, tres espías cubanos encarcelados en EE. UU. y Alan Gross, un contratista estadounidense detenido en Cuba. Estos gestos, acompañados de la mediación del Vaticano y de Canadá, auguraban la posibilidad de una nueva era en las relaciones entre ambos países.
Pero el castrismo desperdició dos años aprovechándose de los beneficios económicos sin mover una sola ficha hacia la democratización. Gastaron todo su capital político apostándole a una victoria electoral de Hillary Clinton y al fin del embargo. Incluso, Bill Clinton y el dictador cubano se reunieron en privado durante una visita de Castro a la ONU en Nueva York en septiembre de 2015.
Durante el encuentro el viejo dictador saludó a Clinton con un "¿Cómo está?" en español, y Bill le respondió en inglés: "Bien, mejor ahora que lo conozco". Allí ambos conversaron destacando que Hillary Clinton, entonces precandidata demócrata a la presidencia, respaldaba el fin del embargo, considerándolo una "política fracasada".
Mas la componenda política de los demócratas con el castrismo se derrumbó con la llegada al poder de Donald Trump en 2017. Se destaparon los ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana, conocidos como "Síndrome de La Habana", ocultados por el gobierno de Obama y Trump aplicó medidas restrictivas en áreas como el comercio y los viajes.
Pese a ello, el retroceso más significativo llegó en 2021, cuando el régimen cubano respondió con una brutal represión a las masivas protestas de miles de cubanos que salieron a las calles para exigir libertad y democracia.
Las protestas del 11 de julio de 2021, en las que participaron ciudadanos de todo el país, marcaron un punto de no retorno. Miles de cubanos se unieron para pedir el fin de la escasez de alimentos, la falta de libertades fundamentales y la crisis económica que afecta a la isla. La respuesta del gobierno cubano fue violenta: más de 1.000 personas fueron arrestadas, muchas de ellas aún se encuentran tras las rejas, enfrentando largas condenas por ejercer su derecho a la protesta pacífica. Entre los detenidos hay jóvenes y activistas que simplemente exigían lo que se considera derechos básicos: la libertad de expresión, el fin de la represión y la mejora de sus condiciones de vida.
Según Nichols, 2021 fue "una oportunidad perdida por parte del régimen cubano", un momento crucial en el que, de haberse producido una apertura política, Cuba podría haber dado pasos importantes hacia la democratización. Sin embargo, en lugar de un giro hacia la democracia, el régimen prefirió intensificar su control sobre la sociedad, bloqueando cualquier intento de cambio real.
“Hay hambre, tal vez no una hambruna, pero sí mucha hambre en Cuba. La actividad económica del sector privado apoya el bienestar de la gente común, y hemos intentado respaldarlo con cambios en las regulaciones económicas”, señaló el subsecretario de Estado de EE. UU.
En mayo de 2024 la administración Biden implementó medidas para fortalecer a los emprendedores privados en la isla, permitiendo que los cubanos pudieran abrir cuentas bancarias en Estados Unidos, realizar transacciones internacionales y acceder a servicios en la nube para mejorar su conectividad. Frente a ello, el régimen cubano, por el contrario, ha dificultado el crecimiento de este sector al imponer nuevas restricciones, limitar el comercio mayorista y aumentar los impuestos, lo que ha frenado el potencial de los emprendedores locales.
Para el subsecretario de Estado Brian Nichols, la solución a la crisis cubana no radica en medidas parciales o en paliativos económicos. La clave está en la democracia y en un aumento de las libertades. Según Nichols, una mayor apertura política permitiría un crecimiento económico más inclusivo, el respeto por los derechos humanos y una mejoría generalizada del bienestar de la población cubana.
“No se pueden tratar los síntomas, como los apagones, sin abordar la verdadera enfermedad: la falta de democracia en Cuba”, sentenció Nichols.
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