Expertos estadounidenses revelan desconcertantes cifras que evidencian el duro impacto que está teniendo la pandemia del coronavirus en la economía. Este contexto marca el inicio de lo que sería una profunda recesión que puso fin al período de crecimiento más prolongado en la historia reciente del país.
Según informó el Departamento de Comercio, la economía estadounidense se contrajo un 4.8% en el primer trimestre de este año, su mayor caída desde la Gran Recesión del 2008.
El gasto de los consumidores -uno de sus principales motores- se frenó fuertemente al cierre de ese trimestre cuando la propagación del coronavirus obligó el cierre generalizado de miles de tiendas, comercios y restaurantes, y fueron impuestas restricciones para que la gente se quedara en casa. Además de la paralización parcial o total de empresas e industrias de diversos sectores.
“La contracción en el Producto Interno Bruto real en el primer trimestre refleja las caídas en el consumo personal, las inversiones no residenciales, las exportaciones y las inversiones en inventarios privados” en Estados Unidos, dijo el gobierno.
Precisamente el gasto de los consumidores se contrajo un 7.6%, su mayor declive desde 1980, de acuerdo con los datos oficiales. Pero, en general, casi todos los componentes de la economía sufrieron un revés en el primer trimestre.
“En el rubro del gasto personal se contrajo principalmente el gasto en servicios, como los sanitarios, y bienes, como los vehículos de motor. En el de las exportaciones golpeó con más fuerza la reducción en los viajes, que prácticamente se paralizaron para contener la propagación del coronavirus”, indica una nota publicada por Univision.
La fuerte depresión económica se suma a las históricas cantidades de personas que han pedido el subsidio por desempleo en las pasadas cinco semanas, lo que se clasifica en más de 26 millones.
Por su parte, economistas refirieron al Washington DC que “la magnitud del golpe del segundo trimestre es más incierta, así como es crucial la forma (de la recuperación)”.
Los analistas coinciden en que la recuperación será en forma de U, que toma de 6 a 12 meses. Algunos con mejor expectativa subrayan que para que la recuperación sea más rápida son cruciales los primeros dos a tres meses después de que se levanten las medidas restrictivas en el país.
Actualmente, algunos estados ya comenzaron a relajar las prohibiciones de distanciamiento físico en una apuesta por reactivar sus economías y otros evalúan hacerlo en las próximas semanas.
No obstante, es incierto cuán rápido las personas se sentirán seguras a la hora de salir a comprar o retomar sus actividades habituales sin que haya todavía una vacuna o un tratamiento para la COVID-19.
Estados Unidos registra actualmente más de un millón de casos confirmados, 119 mil personas recuperadas y 60 mil 384 fallecimientos.
