Tania Sosa Cobas no puede recibir terapias para mejorar su estado de salud luego de tres infartos cerebrales, no tiene movilidad propia y solo cuenta con la ayuda de su madre de 73 años que no puede brindarle ningún recurso para salir adelante.
Hace dos años, a Sosa Cobas le dieron tres infartos cerebrales y vive sola junto a su mamá Milagro, que es una adulta mayor con tiroides.
"Somos ella y yo solita. Yo soy viuda. Tengo 73 años. No tengo economía", expresó la madre a ADN Cuba.
Por su parte, Tania cuenta que desde aquellos episodios se siente decaída, amilanada, que no es la misma.
"Tengo el pie izquierdo virado para la derecha y la mano izquierda no puedo moverla. Ahora por lo menos tengo sensibilidad, pero antes no tenia ni sensibilidad ni movilidad ,y veo a mi mamá muy desesperada por tratar de resolverme pero no puede. A ella económicamente con la chequera no le da", dijo entre lágrimas.
A esta mujer, que estudió Economía, le informaron las autoridades de salud que no podían seguir yendo a darle terapia, una situación compleja pues para recibirla tiene que ir hasta un policlínico y no puede llegar hasta allí.
"Me siento impotente. Hasta las palabras no me salen igual. Tengo atraso para entender a las personas cuando me hablan".
Milagro mostró a la cámara el refrigerador de la humilde casa donde viven: apenas agua.
"He bajado más de 80 libras. Me encuentro sin recursos y me he cansado de tocar puertas y nadie me abre las puertas. Ya no tengo fuerzas ni tengo alimentos para darle a mi hija ni nadie que me ayude. Lleva dos años de estar así", concluyó esta madre.