Las remesas son la base de la economía familiar en muchos países latinoamericanos. El coronavirus las redujo y, según el Banco Mundial, la disminución será incluso mayor en lo que resta del 2020.
En marzo los envíos de dinero desde el extranjero cayeron un 21.9% en República Dominicana, un 15.5% en Honduras, un 10.7% en El Salvador y un 9.7% en Guatemala, según cifras oficiales recogidas en una reciente nota del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericano (CEMLA).
Y aunque durante ese período las remesas también aumentaron en más de un 30% en México (35,8%) y Colombia (30,6%) -que completan la lista de los seis principales países receptores de remesas de la región- nadie anticipa una historia similar una vez que las cifras oficiales de abril se hagan públicas.
De hecho, según Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, los registros de las empresas de remesas sugieren que durante marzo y abril los envíos a toda América Latina y el Caribe ya se redujeron en un 18%.
Para una región que en 2019 recibió más de 103 mil millones de dólares en remesas, una caída del 30% equivaldría a una pérdida de más de 30 mil millones.
Esto equivale aproximadamente a todo lo enviado el año pasado por la suma de migrantes guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, ecuatorianos y peruanos, o más de cuatro veces las remesas enviadas por los colombianos.
Pero, aunque significativa para todos, la reducción variará según los países. Y tampoco tendrá el mismo impacto sobre las economías locales. Destacan los casos de Haití, Venezuela y Nicaragua.
Los venezolanos se encuentran predominantemente en Sudamérica: en Colombia, Chile, Perú y Ecuador, y en esos países lo están pasando tan mal que están teniendo incluso problemas de alimentación.
En Haití en 2019 las remesas representaron el 37% del PIB. En Honduras fue el 22%. En el caso de El Salvador, 21%. Nicaragua, 13%, Guatemala, 13%, según el Banco Mundial.
Y esto presupone un impacto de las remesas en las economías locales mucho mayor, por ejemplo, que el de México, para el que el 35% de todas las remesas enviadas a América Latina y el Caribe representa nada más el 3% del PIB.
Los hogares más pobres también son los que están siendo más afectados por lo que algunos especialistas describen como la "triple parada súbita" -de las personas, del comercio internacional y de los flujos financieros- provocada por el coronavirus.