Expertos norteamericanos en la salud pidieron prudencia durante las fases de reapertura económica de los estados, luego de que Estados Unidos rebasara este miércoles la barrera de los 100 mil muertos por la COVID-19 desde el inicio de la pandemia.
Según los datos de la Universidad John Hopkins, hasta la mañana de este en Estados Unidos hay 1 millón 700 mil 350 casos confirmados del nuevo coronavirus, de los cuales fallecieron 100 mil 576 pacientes de la COVID-19.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en EE.UU, con más de 300 mil casos y 29 mil 484 decesos, cifras similares a la de países enteros como Francia, el Reino Unido e Italia.
Según Telemundo 51, el balance provisional de fallecidos se encuentra dentro de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100 mil y 240 mil muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo “a posteriori” el presidente Donald Trump de entre 50 mil y 60 mil fallecidos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143 mil muertes en EE.UU.
La cifra de los 100 mil fallecidos se alcanzó mientras el director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y uno de los líderes del grupo de trabajo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, hizo un llamado a la prudencia en el proceso de reapertura.
“No empecemos a saltarnos las recomendaciones de algunas de las directrices porque es realmente tentar a la suerte y buscar problemas”, dijo.
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Los estados del país, quienes lideran el operativo, tratan de encontrar un equilibrio entre el impulso de la actividad económica y la cautela para evitar rebrotes.
“Estoy orgulloso de lo que hemos logrado, pero no podemos dormirnos en los laureles. Debemos aumentar el número de test y necesitamos alentar a los ciudadanos de Georgia a que lo hagan una prioridad”, aseveró este fin de semana Brian Kemp, gobernador republicano del estado sureño y uno de los primeros en levantar las medidas.
Tras semanas de confinamiento, el estado de Illinois y el distrito capital, Washington D.C., han anunciado el inicio del levantamiento de algunas de las restricciones.
No obstante, la alcaldesa de la capital estadounidense, Muriel Bowser, ha precisado que en realidad se pasa de un confinamiento estricto a “un confinamiento ligero”.
El martes, el alcalde de Los Angeles, Eric Garcetti, anunció la autorización del acceso a las piscinas con restricciones y las compras de bajo riesgo en el interior de las tiendas, mientras que Keisha Lance Bottoms, la alcaldesa de Atlanta (la mayor ciudad de Georgia), indicó que la ciudad pasaría esta semana a la fase dos del plan de reapertura.
Pese a la tendencia a la baja, y la insistencia de Trump en la mejoría bautizada como “Transición a la Grandeza”, los datos muestran un repunte de contagios en 15 estados del país, entre ellos Florida, Virginia, Carolina del Norte, Arkansas, Wisconsin, y Alabama, entre otros.
Otro motivo de preocupación son los millones de estadounidenses que acudieron a las playas y otros lugares públicos para pasar el largo fin de semana del Día de Recordación (Memorial Day, en inglés), con la que se da inicio informal al verano en el país y que tradicionalmente es una ocasión para estar en familia o participar en actividades al aire libre.
Las imágenes de multitudes en playas y zonas de recreo, desde Virginia o Florida en la costa este, hasta Alabama, Texas y Louisiana en la costa del golfo, han hecho disparado las alarmas entre los profesionales sanitarios por el temor a rebrotes en los próximos días.
En este sentido, Fauci recalcó la importancia de llevar mascarilla en lugares públicos no solo como medida de protección si no también como “símbolo para que la gente vea que es lo que se debería hacer”.