Estefania Font, la amiga de Sandro Castro que esta mañana protagonizó junto a él un "rap" en apoyo a la vacuna cubana contra la COVID-19, ahora resulta que no quiere hablar de política.
La joven modelo cubana, hija de un español directivo de la empresa de cárnicos Bravo S.A, explicó en su Instagram este miércoles que "no tiene que ver ser comunista con apoyar la vacuna de tu país. La vacuna aquí y el comunismo allá en Jamaica".
Uno de sus seguidores le preguntó: ¿Te gustaría que Cuba cambie y todos los cubanos tengan los mismos privilegios que Sandro y tú?
A lo anterior, ella respondió: "Por supuesto, pero dejando siempre claro que cada cual lucha y trabaja lo que quiera tener, en lo personal no tengo ningún privilegio más allá del que me pueda pagar".
Cuando llegó la interrogante sobre qué opinaba de Fidel Castro, dijo que no le interesa opinar en temas políticos.
En otro momento comentó que "no tiene nada que ver una vacuna con la política. Perdonen mi ignorancia pero no sé nada de política, no me pregunten nada de política, porque no soy agregada de política, no pertenezco a ningún comité. No tengo idea de lo que me están preguntando. Perdón".
Font se la pasa alardeando de las comodidades con las que vive en La Habana sin "coyuntura", no apta para cubanos de a pie.
Constantemente se le ve en opulentas casas con piscina, buena comida y vinos, una realidad totalmente diferente a la de millones de personas que afrontan la escasez de productos básicos a diario.
Lo cierto es que este miércoles 26 de agosto la muchacha salió al lado de un Castro, nieto del fallecido dictador, gritando: "Vacuna, vacuna es una sola, creemos en Soberana porque es cubana. Agua".
Por lo que dicen y la manera en que lo hacen, no queda claro si “el rap” es una burla a la vacuna que todavía experimenta el Instituto Finlay de Cuba o si realmente está celebrando el anuncio del régimen.
Tampoco es la primera vez que el también dueño del bar-restaurante habanero EFE, hace esas “graciosas iniciativas” a nivel de redes sociales.
Hace unas semanas, cuando la capital cubana tomaba nuevas medidas y retrocedía a la cuarentena por los rebrotes de la COVID-19 en la ciudad, Sandro Castro volvía a colgar un video de una fiesta en su casa e igualmente intentaba “rapear”, esta vez al yogurt de soya.
Además de desconocer lo que significa el yogurt de soya para la mayoría de los cubanos (o sea, hambre), el nieto del dictador también se jactaba de “tomar cerveza por toda La Habana”.