Residentes en los territorios de Isla de la Juventud, Artemisa y Pinar del Río no están preparados para enfrentar las intensas lluvias y posibles inundaciones del huracán Delta, porque viven una severa crisis de desabastecimiento.
Cubanos entrevistados por Radio Televisión Martí dijeron que a la preocupación por la falta de provisiones se suma la de las posibles afectaciones en las producciones agrícolas y el sector tabacalero, ambos muy dañados por eventos meteorológicos anteriores, y sin el debido apoyo de las instituciones gubernamentales.
El Instituto de Meteorología de Cuba pronostica vientos con fuerza de tormenta tropical, que afectarán al municipio especial pinero desde horas del mediodía de este martes y luego el extremo occidental de Cuba, donde se producirán fuertes lluvias y posibles inundaciones en zonas bajas.
En Artemisa, aún quedan daños visibles producidos por la tormenta Laura el pasado 24 de agosto, recordó el activista Gerardo Páez Díaz.
“Todavía quedan residuos de desechos sólidos, árboles, techos y derrumbes parciales, provocados por la tormenta tropical Laura, que el gobierno y la empresa de comunales no han sido capaces de recoger”, relató.
Páez vive en el Consejo Popular Toledo, donde hay un aproximado de 12 mil habitantes.
Allí se cumplieron 15 días sin que fueran surtidos el punto de venta y la tienda recaudación de divisas (TRD), algo “que da una imagen de cuán preparados estamos para enfrentar un evento de esta naturaleza”, lamentó.
Martha Pérez, miembro del Partido Autónomo Pinero, comentó que en Nueva Gerona las autoridades no son capaces de abastecer los mercados, pero tampoco permiten a los campesinos del interior que lo realicen ellos.
“Ni ellos lo hacen, ni tampoco permiten que esos productos lleguen de manera directa a los mercados, la situación que tenemos aquí en la isla es muy difícil con respecto a la alimentación”, explicó.
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El comunicador independiente Maikel Norton, de Los Palacios, Pinar del Río, dijo que todo indica que los problemas económicos del estado también afectan a la Defensa Civil, que “ha quedado únicamente para ofrecer los boletines de alerta ciclónica”.
Sin ninguna reserva de alimentos ni productos esenciales los residentes en esa localidad están “a la suerte de la iniciativa propia individual y no hay la más mínima gestión estatal para ayudarlos, ni la voluntad de hacerlo”, señaló el periodista.
La prensa oficial asegura que han sido resguardadas más de 30 000 toneladas de tabaco que permanecen en diferentes depósitos y pudieran ser vulnerables a las lluvias o las inundaciones y que se adoptaron medidas para evitar que se dañen los 241 túneles de posturas tabacaleras que existen en Vueltabajo.
Las autoridades locales aseguran que "cubrieron con mantas" 19 000 toneladas de alimentos ubicadas en almacenes mayoristas.
Esteban Ajete Abascal, vive en San Diego de los Baños en Pinar del Río, donde desde hace días la lluvia ha causado serias afectaciones en los llamados cultivos de ciclo corto, que comenzaron su siembra en septiembre.
“No hemos podido recuperarnos del fenómeno anterior en el verano, de aquel impacto y ahora vamos a sufrir otro, y los sembrados de ciclo corto, ya llevamos varios días de lluvia y muchos de estos productos se han echado a perder”, apuntó el campesino.
Desde San Juan y Martínez, la trabajadora del sector tabacalero Aimé Ascuy Espinosa, concluyó que hay campesinos que están atrasados con la entrega del tabaco, por las afectaciones de la tormenta Laura en agosto pasado y de nuevo enfrentarán esta situación, sin apoyo de la agricultura, ni otras instancias del gobierno.
“Con esta tormenta será crítico igual, porque por parte del gobierno tampoco han tenido atención con respecto a los campesinos, para ofrecer recursos y evitar las posibles afectaciones en las casas de secado y también en las viviendas de los agricultores”, dijo Ascuy.
Rolando Casares, residente en El Ranchito, al oeste de la ciudad de Pinar del Río, vaticinó que "van a pasarlo caótico”.
Precisó que no hay nada a la venta en los mercados para que la población pueda adquirir provisiones y tampoco las casas de muchos vecinos pueden resistir el paso de un meteoro por la región.
Como su casa no es segura determinó trasladar a sus hijos pequeños para San Juan y Martínez donde vive la familia y tienen mejores condiciones, concluyó.
*Este trabajo de Tomás Cadarso fue publicado originalmente en Radio Televisión Martí