Luego de años de reclamos por parte de activistas feministas en Cuba, finalmente el régimen anunció este miércoles, la habilitación de una línea telefónica para reportar violencia de género.
Un artículo publicado en el oficialista Cubadebate explica que la Línea 103, que pasó de ser la antidroga, a atender situaciones sobre la pandemia de COVID-19, ahora funcionará para "responder a denuncias de violencias de género y de otros maltratos que ocurren en el escenario familiar".
Así lo comentó a ese medio, la doctora Clotilde Proveyer, socióloga y coordinadora del equipo asesor del grupo nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) para la atención de estos casos.
Sobre esta nueva iniciativa, señalan que están alistando una Guía que propone un conjunto de herramientas teóricas, metodológicas y prácticas para orientar los servicios; y cápsulas audiovisuales apoyarán la capacitación a todo el personal vinculado.
Según la Encuesta Nacional de Igualdad de Género de 2016, el 26,7 % de las mujeres cubanas entre 15 y 74 años declararon haber sido víctimas de violencia en el contexto de sus relaciones de pareja, en los últimos 12 meses. Mientras, el 39,6% de las mujeres encuestadas expresaron haber sufrido violencia en sus relaciones de pareja en algún otro momento de su vida.
Además en 2019, por primera vez, las autoridades del país reconocieron la existencia de femicidios en la isla, aunque con cifras muy discretas. El Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reportó la tasa de femicidios ocurridos en 2016, cuyo valor fue de 0,99 por cada 100.000 mujeres de 15 años y más.
Este nuevo proyecto, gestado desde el oficialismo, llama la atención si recordamos que apenas en septiembre de este año, los mismos voceros atacaron al movimiento feminista de la isla. Sin embargo, gracias a sus presiones en redes sociales e instituciones, hoy surge esta noticia.
El pasado 17 de septiembre, el periódico oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), Granma, lanzó ataques contra activistas cubanos contra la discriminación social y la violencia de género.
Para demeritar el trabajo que llevan a cabo activistas contra el racismo y feministas en Cuba, dijo que se trataba de un "panfleto oportunista".
Por último, señaló que "no estamos ante ningún movimiento social ni activismo, ni ante sensibles luchadores por causas como la infancia, la violencia contra la mujer o los derechos de los artistas negros cubanos".
Son esas mujeres quienes entregaron en noviembre de 2019 a la Asamblea Nacional del Poder Popular cubano, una solicitud de Ley Integral contra la Violencia de Género; son las que denuncian cada vez que ocurre un femicidio en la isla, silenciados por el oficialismo; y también las que sufren represión por parte del Estado.