El comunicador y locutor de la televisión cubana Yunior Morales, quien ha desarrollado una destacada carrera como locutor y presentador de noticias en medios estatales, ironizó este sábado 31 de octubre con la situación que está viviendo desde que se atreviera a decir verdades sobre la realidad cubana y el régimen de la isla.
Recreando una escena de dos mujeres que podrían ser vecinas suyas, Morales explicitó cómo ya intentan desacreditarlo en su gremio y apartarlo de espacios en los que ha laborado con profesionalidad, acusándolo de ser “un mercenario al servicio del imperio”, presto a decir cosas de “contrarrevolucionarios” por unos cuántos pesos.
Sin embargo, como da a entender en su relato el locutor, nada más lejos de la realidad. No le pagan por hacer uso de su libertad de expresión y decir en sus redes sociales lo que cree y percibe de la realidad cubana, y muestra de ello son las precarias condiciones en las que vive junto a su madre incapacitada.
Bajo el título “Conversación en tiempo de COVID”, Morales recreó la conversación entre sus dos potenciales vecinas o conocidas de la siguiente manera, al más puro estilo del choteo cubano:
_Amiga mía, ¿cómo va todo?, ¿conseguiste el café?
- Ay mija, fui derecha a la izquierda.
_ Hermana, ¿supiste del Locutor que se arrebató?
- Candela mi vida, él no sabe que la verdad no se puede decir, vaya, ni pensar.
_ Pobrecito, ¿qué le harán ahora?
- Bueno, él era Locutor de la Mesa y ya ni el nombre aparece.
_ Tú no sabes nada, niña, si hasta alguien se adelantó y querían sacarlo de la Cartelera, pero luego le dieron para atrás.
- Sí, pero lo suyo viene, tú verás. Mima, ¿el imperio le pagará por publicar todo eso?
_ ¡Hija nooo!, si ese muchacho tiene a su mamá incapacitada y más arriba saben en las condiciones que viven y no les importa.
- ¡No me digas!... Veo venir derrumbe con el tiempo.
_ No solo eso, tienen una columna a punto de caer sobre sus cabezas, ya veremos las noticias por CiberCuba, sí, porque aquí te enteras por la calle o las redes sociales.
- Ayyy esas redes sociales son tremendas, tenemos que aconsejarlo para que hable nada más lo que quieren escuchar, si no empezarán a desmoralizarlo con que no es bueno en su profesión.
_ O hasta inventan cualquier barbaridad.
- Me preocupa, porque nadie le paga por decir lo que piensa, mentira eso de que lo cogerán como bandera.
_ Ahhh, ¿entonces él se iza solo?
- Sí, jejejejeje ¡ay, tú tienes cada cosa!
_ Total, al final las personas se lamentan y ellos dejan el agua correr, luego pasa y a todos se les olvida.
- No mi amor, pero ese loco ya sonó y en cualquier momento lo pondrán en su sitio.
_ Yo diría... sin lugar.
- ¡Ayyy, sí, con decir verdades no gana nada!
_ ¡Dios mío, cuídalo!
- Nos vemos mimi.
_ ¡Oye!, ¡Acuérdate marcarme en la cola para comprar pollo! ... ¡Somos 20!...
Con su escena picaresca Morales dimensiona la incómoda y desagradable situación que está viviendo tras explotar en septiembre contra los funcionarios del régimen y responder indignado al plan oficial de alimentar al pueblo con gallinas “decrépitas” y tripas de reses y cerdos.
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Como a muchos, lo dicho entonces por el ministro de la Industria Alimentaria le pareció al locutor un insulto. Por eso, respondió a los encumbrados castristas: “Las tripas, gallinas 'decrépitas' y los restos se los comen ustedes”. Expresó que los cubanos “al final somos nobles porque aguantamos como bestias”.
De entonces hacia acá, se ha pronunciado con claridad sobre la situación en la isla a través de publicaciones en su Facebook. El pasado domingo cuestionó que, al hablar del gobierno cubano, en vez de “glorias” hay que referirse a un “proceso ineficiente”.
Compartió una imagen o meme en la que se lee: “La remesa viene del sudor de los nuestros que cobran por su trabajo y tienen lo necesario. En Cuba no cobramos dólares y estamos desabastecidos. El problema está aquí”.
Además, Morales acompañó esa imagen con atinadas reflexiones personales.
“Más allá de embargos y bloqueos con los que algunos justifican todos los errores, seamos lógicos y razonables, en pocas palabras: deben mucho más que años en disculpas al pueblo cubano por fallas como no poder entrar a hoteles, divisiones, ruinas, derrumbes, pérdidas de valores humanos, desigualdad reforzada”.
Aunque los fanáticos castristas y los hipócritas por conveniencia no tardaron en llamar “mercenario” al locutor y presentador de noticias en medios estatales desde su primer pronunciamiento crítico, éste se mantiene en su voluntad de exigir su derecho a opinar y expresarse, al menos en sus redes sociales.
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Sobre las reacciones hostiles por sus críticas, escribió en una ocasión en Facebook: “Sabía que vendrían con el mismo discurso de que por yo emitir un criterio ya soy mercenario enemigo pagado por el llamado imperio Jejejejeje. No cambian, por mis pocas palabras lo que me satisface es que la mayoría de mi pueblo reconoce la mejor intención, hasta algunos que callan por miedo”.
Asimismo, lamentó que en Cuba “a todo el que exprese una opinión lo calumnian y escudriñan a ver qué pueden usar para desmoralizarle”. “Preguntan por qué no hablo del bloqueo [embargo]”, cuestionó a quienes arremetieron contra él por romper su silencio; “respondo: Porque tendría que mencionar este y todos los bloqueos, cuando me censuran por expresarme violan mucho más que la constitución”.
Morales ha aclarado que se siente “bien” y que “nadie pagó” por su “breve y preciso comentario”. Según entiende, es su “libre expresión la que se pronuncia”, libertad desde su posición como “ser humano con valores”.