Aníbal Pino Mestre tiene 76 años, es débil visual trabajó toda su vida en la minería estatal y ahora no tiene cómo vivir en su vejez dignamente.
El hombre, residente en El Cristo, Santiago de Cuba, vive en condiciones lamentables para una persona que pasó décadas trabajando. En sus últimos años no podrá tener ni siquiera lo mínimo.
Según captaron las cámaras de ADN Cuba, Pino Mestre vive en una casa inhabitable, destruida por el huracán Sandy en 2012. Le queda un poco de madera en las paredes y techo, con una letrina de baño.
El ciclón se lo llevó casi todo hace ocho años, y las autoridades no lo han ayudado.
"Esto está sujeto por el calor mío, el día que yo saque un pie de aquí la casa se cae", asegura Aníbal.
El anciano reconoce que a los dos días de cobrar su pensión cada mes, se queda sin dinero. "Todo se me va", lamenta. El pollo 20 pesos, fósforos a 5, y así con cada gasto.
"Aquí la vida es cara y las pensiones muy bajas. Cada jubilado para vivir como mínimo debería recibir 1000 pesos (40 dólares) y se ve apurado todavía", agrega el santiaguero.
El adulto mayor, ya en el ocaso de su vida, considera que todo ha sido un engaño.
"Al final tú te pones a analizar y todo es un engaño, y promesas que nunca se cumplieron. Me dijeron que me iban a traer el colchón y mira cuantos años han pasado".
En mayo de este año, ADN Cuba también reportó los casos de Fernando Fernández e Irma Pacheco, también afectados por Sandy allí en El Cristo.
También denunciaron estar abandonados totalmente por parte del gobierno de la Isla.