Autoridades cubanas reportaron este 15 de diciembre 96 casos de coronavirus, 37 de ellos con fuente de infección en el extranjero, una variable que sigue en alza pese a las medidas de control a que son sometidos los viajeros en los principales aeropuertos del país.
Cuando el gobierno había declarado casi ganada la batalla contra la enfermedad, y levantado las restricciones y cuarentenas en todas las provincias, la cifra de casos reportados se ha incrementado, alcanzando picos de hasta 124 positivos en un día.
Los viajeros son sometidos a una prueba rápida de COVID-19 en el aeropuerto de entrada, y deben guardar cuarentena en sus hogares u hoteles durante 5 días, pero el procedimiento no está arrojando los resultados esperados. Solo la semana pasada fueron reportados más de 500 nuevos contagios.
Actualmente se mantienen hospitalizados 857 pacientes con el virus, dos de ellos en estado crítico y ocho reportados de gravedad.
La Habana, principal punto de entrada a la isla, continúa presentando la situación epidemiológica más compleja, con 28 casos de COVID-19 en la jornada, 17 de ellos importados.
Cubanos entrevistados por Radio Martí alegan que las cifras reportadas por el gobierno no se corresponden con la realidad que enfrentan, con escasez de alimentos y fármacos, lo que los obliga a frecuentar largas colas en los pocos establecimientos con productos a la venta. En estas aglomeraciones de personas, señalan, no se respetan las medidas sanitarias.
El país acumula 9588 contagios confirmados desde que inició la pandemia, según cifras del Ministerio de Salud Pública.
Desde el 1 de julio, el régimen, en busca de liquidez, abrió los aeropuertos de los cayos para recibir turistas. También desde el 15 de noviembre, con la reapertura del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, se encuentran abiertos todos los aeropuertos del país para vuelos comerciales.
Las autoridades anunciaron el cobro de una "tarifa sanitaria" de 30 dólares, que incluye la realización de una prueba PCR a la llegada de todos los pasajeros.
La capital sigue a un paso de entrar en la “nueva normalidad” que rige en la mayoría del país desde el pasado 12 de octubre. Con la mayoría de los servicios y el aeropuerto abiertos, la ciudad mantiene límite de aforo y restricciones en algunas actividades económicas.
Mientras, Pinar del Río es la única región del país todavía bajo fuertes medidas para controlar el virus y de momento se mantiene fuera de la reapertura.
Desde la apertura de fronteras en octubre, las cifras diarias de la COVID-19 en Cuba han tendido a incrementar, aunque todavía son bajas las reportadas por el régimen en comparación con registros internacionales.
Las autoridades cubanas afirmaron recientemente que esperan un alza en los casos debido al probable aumento de viajeros por las fiestas de fin de año.
Redactado con información de Radio Martí y ADN Cuba.