Cuba inició la preparación de la próxima cosecha tabacalera en la provincia occidental de Pinar del Río, la mayor productora y proveedora de la aromática hoja para la elaboración de las más famosas marcas de puros habanos en la isla.
Está previsto para la cosecha 2019-2020 un plan de siembra que ascenderá a 20.050 hectáreas en las vegas de Vueltabajo, considerada la región más importante para el cultivo del tabaco en Pinar del Río, con alrededor del 65 % de la producción del país.
Las labores de la nueva cosecha están en marcha con la preparación de tierras, el mejoramiento de los suelos, la ubicación de las áreas de semilleros, mientras que el inicio del riego de los semilleros está programado para finales de agosto próximo, según informó este miércoles la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Entre las variedades a sembrar figuran la Habana 92, Corojo 2006 y 2012, Criollo 2010 y la Virginia 22, 23 y 24, destinadas principalmente a una fábrica de cigarrillos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), el proyecto estrella de Cuba para captar inversión extranjera.
Los experimentados cosecheros pinareños están construyendo casas para curar las hojas de tabaco que amplían las capacidades de ese proceso con unas 2.340 ya concluidas, otras en diferentes fases de ejecución y también en reparación.
Cuba recolectó más de 30.000 toneladas de tabaco -por segundo año consecutivo- en la cosecha de 2018, cuando se produjeron en la isla unos 300 millones de puros habanos torcidos a mano, casi 100 millones de ellos con destino a la exportación; más de 130 millones torcidos a máquina y 14.000 millones de cigarrillos.
La industria del tabaco representa el cuarto sector que más ingresos aporta al producto interno bruto (PIB) de Cuba, y las ventas por exportaciones llegaron en 2018 a casi 260 millones de dólares.
El sector emplea a unos 200.000 trabajadores en la isla, que se elevan hasta los 250.000 en el pico de la cosecha.
Los especialistas de esta área de la economía cubana resaltan que en la isla se conjugan factores determinantes para su calidad, como el clima, el suelo y la experiencia de sus productores.