Tres cubanos fallecieron la víspera a causa del coronavirus, uno de ellos de 32 años, según el último informe del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Las otras dos personas tenían 67 y 80 años, residentes en las provincias Villa Clara y La Habana, respectivamente. Además, el reporte de este 25 de enero añadió que permanecen 19 ingresados en estado crítico y 32 graves.
Los números siguen siendo de temer: hoy se reportaron 567 casos en todo el país; de ellos, 511 fueron contactos de casos confirmados, 25 con fuente de infección en el extranjero y 31 sin fuente de infección precisada.
Por mucho, La Habana (169 casos), Santiago de Cuba (115) y Guantánamo (79) fueron las provincias con la mayor parte de los nuevos diagnósticos. Todas las provincias del país presentaron al menos un caso.
Hasta el momento, en Cuba han muerto 197 personas por la COVID-19 y se han reportado en total 21 828 casos de la enfermedad.
El rebrote ha obligado a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios, entre ellas La Habana, que, por sus características sociodemográficas, es el territorio de mayor complejidad para el control de la enfermedad durante la mayor parte de los últimos 10 meses.
El régimen responsabilizó a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior del rebrote que padece el país desde mediados de noviembre, cuando decidió reabrir sus aeropuertos internacionales.
Si bien no se ha decidido a emprender un nuevo cierre de fronteras, se decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenaza a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.
El viernes pasado trascendieron las condenas de privación de libertad bajo cargos de “propagación de epidemia” sobre tres cubanos residentes en Santiago de Cuba que viajaron al exterior y regresaron contagiados a la isla.
Durán explicó el 23 de enero que más de 6 000 casos están relacionados con viajeros internacionales desde el 15 de noviembre.
En todo el país se mantiene el uso obligatorio de la mascarilla y a los viajeros internacionales se les exige una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de su arribo a la isla, a la que se suma una muestra tomada en el aeropuerto y su aislamiento estricto hasta conocer el resultado.
Según asegura el régimen, mientras escasean los productos más básicos, incluyendo medicamentos, Cuba prepara cuatro candidatos a vacunas para la COVID-19, pero de momento están en una fase intermedia de ensayos clínicos y el Estado no ha adquirido dosis en el mercado internacional.