La Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) apoyó este 28 de enero la represión contra jóvenes artistas frente al Ministerio de Cultura (Mincult) en un balance anual en el que estuvo presente el titular de la cartera, Alpidio Alonso.
Durante la reunión, los presentes calificaron de “acto de provocación” la manifestación pacífica de unas pocas decenas de jóvenes que exigían ser escuchados por el ministro Alonso y que este, arropado por un dispositivo policial, desalojó de allí dando manotazos y gritos, como un matón de barrio.
Los medios oficiales, el ministro en esa reunión, y los voceros del castrismo en general, calificaron a los jóvenes de “mercenarios”, pagados por el “imperialismo”, una acusación sin fundamento.
Por el contrario, organizaciones como la EGREM sí mantienen vínculos con empresas estadounidenses y reciben su financiamiento para promover la música cubana. ¿Sobre qué base se acusa entonces a un movimiento pacífico de artistas e intelectuales?
Sony utilizará diversos canales como Spotify, Netflix y YouTube, entre otros, para promover y comercializar el repertorio de los artistas de la Isla.
Este acuerdo de colaboración da continuidad al convenio firmado en el 2015 por la empresa cubana y Sony Music Entertainment para la distribución de un extenso patrimonio musical cubano compuesto por cerca de 20 000 grabaciones realizadas desde 1960.
Este nuevo contrato permitirá a la Sony distribuir internacionalmente las obras de históricos músicos cubanos como Sindo Garay, Ignacio Piñeiro, Benny Moré y Carlos Puebla, así como José Luis Cortés, César «Pupy» Pedroso, David Calzado, Ricardo Leyva y Arnaldo Rodríguez.
El miércoles 27 de enero, el régimen desató a sus fuerzas represivas contra unos 30 activistas y artistas independientes que demandaban la liberación de varios compañeros detenidos arbitrariamente en la mañana, y que la institución cumpliera su promesa de un “diálogo” ese día.
Los artistas agrupados en el movimiento 27N habían acordado con el viceministro de Cultura, Fernando Rojas una nueva ronda de negociaciones a través de varios correos entre diciembre y enero, y fueron hasta el Ministerio a pedir explicaciones por las injurias vertidas contra ellos en medios estales y en espera de que el funcionario cumpliera con su palabra.
ADN Cuba supo que el régimen rápidamente convocó a sus fuerzas de seguridad y cercó las calles para evitar otra manifestación como la del 27 de noviembre, cuando se congregaron allí más de 400 personas.