La Asociación Española de Pediatría (AEP) cuestionó la falta de transparencia y necesidad de mayor información en el desarrollo de vacunas cubanas contra la COVID-19.
En un artículo publicado el 17 de mayo, explican los galenos y especialistas que "no es posible hacerse una idea precisa sobre la eficacia, la seguridad y la capacidad de las vacunas probadas en Cuba para controlar la pandemia, pues no hay información de ellas aparte de algunas declaraciones de responsables sanitarios y autoridades del país".
Al respecto de los candidatos vacunales que se desarrollan, señalan que las pautas de dos y tres dosis 'son serios obstáculos'.
"La comunidad científica habría agradecido mayor diligencia y transparencia para compartir la información referida a los productos que se investigan en Cuba. Si alguna de las vacunas cubanas resultara efectiva en el control de la pandemia, merecería estar entre las prioridades de la investigación y desarrollo a nivel global, pero por el momento han de conformarse con ser solo objeto de curiosidad de cómo un pequeño país con una profunda crisis económica está afrontando en soledad los retos de la pandemia", agrega la AEP.
Asimismo consideran que otros países del área de influencia cubana, como Venezuela, necesitan urgentemente medios y planes para afrontar la pandemia para evitar el colapso.
Sobre los llamados estudios de intervención que ha iniciado el régimen de La Habana, expresan que "emprender el uso masivo de un producto no aprobado, justificada en la seguridad del producto y en las urgencias de la pandemia, sigue la línea marcada por Rusia, China e India, pero no es compartida por las estrategias vacunales en EE. UU., Canadá, y también en los países del ámbito de la Unión Europea, que no lo han hecho hasta contar con la aprobación de las respectivas agencias reguladoras".
Lea también
Los cuestionamientos a estos candidatos vacunales -los más avanzados, Abdala y Soberana 02- son comunes en el último año.
A finales de abril, una trabajadora del sector de la Salud Pública en Cuba, identificada como Lisandra (para evitar represalias) lamentó sentirse como “conejillo de Indias”, al ser parte del ensayo clínico para determinar si el candidato vacunal Abdala es efectivo contra la COVID-19.
Residente en la oriental provincia de Santiago de Cuba, dijo al medio Cubanet que “ya nosotros no damos más, ya esto llegó a su límite”.
“Esto ha sido incontenible, y ya no lo contiene nadie. La pandemia cada día aumenta más (…) porque las medidas que se han tomado desde el gobierno y donde quiera han sido mal tomadas, y mal ejecutadas”, declaró.
El régimen ha rechazado entrar a la plataforma internacional llamada Mecanismo Covax, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) u otras entidades, para garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra el coronavirus, ni las ha comprado a otros países.
Apuesta así por sus propias vacunas, que aun no están listas.