Luego de protestas en redes sociales, la empresa estatal Aduana de Cuba permitió pasar una piscina destinada a una niña de dos años que padece de pie esquinobaro.
A inicios de junio, su tío Vladimir Valdivia había denunciado el robo de este objeto, disfrazado de un decomiso.
Además, Valdivia explicó que la niña no puede caminar y tampoco hay condiciones para operarla en la Isla, por lo que dicha piscina sería un entretenimiento para ella.
Fue este 22 de junio, casi tres semanas después, que la Aduana atendió a los reclamos de la familia.
"El Ministerio de Finanzas ha emitido la Resolución No. 238/2021 en la que decidió permitir que de forma excepcional el pasajero Dianny Jiménez Oña importe la piscina para que la niña discapacitada realice sus ejercicios, lo cual hicimos atendiendo a la tradición humanitaria de nuestro Estado", reza el comunicado.
Con total falta de ética agregan que "este pasajero había decidido dejar en decomiso por voluntad propia la piscina al exceder el límite de su importación, optando por importar otros artículos personales".
La empresa castrista ya es tristemente 'célebre' desde hace años por decomisos, robos y sus elevadas tarifas.
En enero de este año trascendió que varios artículos confiscados por la Aduana General de la República fueron vendidos a los trabajadores del Gobierno de La Habana.
Los privilegiados tuvieron acceso a productos que la Aduana quitó a viajeros internacionales como “ropa, zapatos, lencería, maquillaje, cuchillas de afeitar, sábanas, edredones y esponjas para fregar”, según informó CubaNet.
Quienes laboran en la Asamblea Provincial del Poder Popular de la capital pagaron cifras risibles por lo confiscado.
