El luchador cubano de estilo libre Reineris Salas consiguió este sábado alzarse con la medalla de bronce olímpica en la división de los 97 kilogramos al vencer al azerí Sharif Sharifov, quien en su palmarés cuenta con un título mundial y otro olímpico en la división inmediata inferior.
La pugna entre Salas y Sharifov en Tokio fue pareja y terminó en empate a tres, pero el caribeño fue declarado vencedor por haber realizado una acción de dos puntos, de mayor notoriedad que todo lo hecho por su rival.
De tal suerte, Salas culmina su carrera deportiva en la lucha libre con la medalla olímpica que faltaba en sus vitrinas. Campeón mundial en tres ocasiones y varias veces medallista panamericano, en Río 2016 y en Beijing 2008, sus participaciones previas en citas estivales, no había podido subir al podio.
El bronce del librista fue la décimo cuarta medalla de Cuba en la capital nipona, donde la isla ha registrado su mejor actuación en Juegos Olímpicos desde los celebrados en Atenas en el año 2004.
Al cierre de esta penúltima jornada de la cita, la delegación de la isla se ubica en el décimo sexto puesto del medallero con seis medallas de oro, tres de plata y cinco de bronce. En la capital griega, 17 años atrás, Cuba logró terminar en el onceno lugar del medallero con 27 medallas: nueve títulos, siete subtítulos y 11 metales bronceados.
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El boxeador Andy Cruz es la posibilidad más clara de oro para Cuba en la jornada final del evento. Este domingo chocará puños por el título de peso ligero con el estadounidense Keyshawn Davis, subcampeón del mundo en 2019.
Para muchos el mejor boxeador aficionado libra por libra, Cruz se erige como gran favorito para hacerse con el título. El nacido en Matanzas ha sido campeón panamericano y mundial en dos ocasiones, un palmarés superior al de su rival.