Rescatan puma salvaje de 37 kilos de un apartamento de Nueva York

Una puma llamada Sasha fue rescatada de un apartamento en el distrito del Bronx y trasladada a un santuario de animales
Puma Sasha en un apartamento de Nueva York
 

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Las autoridades rescataron a una puma de 11 meses llamada Sasha, que vivía en un apartamento en el distrito de Bronx, en Nueva York.

La Sociedad protectora de Animales de Estados Unidos, funcionarios de la ciudad y parte del personal del zoológico del Bronx trabajaron en una operación junto a la Policía de Nueva York para atrapar a la puma salvaje de unos 37 kilos.

El dueño de Sasha fue quien la entregó y estuvo presente mientras transportaban a la felina al zoológico del Bronx, donde los veterinarios la examinaron.

Luego fue trasladada al santuario de animales de Turpentine Creek, en Arkansas, indicaron este lunes las agencias en un comunicado.

“Esta puma es afortunada de que sus dueños reconozcan que un felino no es apto para vivir en un apartamento o en ningún ambiente doméstico”, dijo Kelly Donithan, directora de respuesta mundial ante desastres de animales de la Sociedad Protectora de Animales.

“Hay personas que creen que los animales salvajes pertenecen a cualquier parte menos al ambiente silvestre”, agregó.

El comisionado de la Policía de Nueva York, Dermot Shea, afirmó que el caso se encuentra abajo investigación y que no habrá más información disponible de inmediato, incluso sobre el dueño de Sasha.

“Los animales salvajes como los pumas no son animales de compañía”, advirtió Basil Seggos, comisionado del Departamento de Conservación Medioambiental de Nueva York. “Los pumas suelen ser lindos y adorables cuando son jóvenes, pero cuando crecen son impredecibles y peligrosos”.

Tanya Smith, presidenta del santuario Turpentine Creek, indicó que Sasha recibiría los cuidados necesarios en la reserva de 182 hectáreas.

“Hemos sido testigos de innumerables animales salvajes que son encerrados en jaulas inestables y de mala calidad”, expresó Smith.

Agregó que, estos animales suelen escapar a las calles por lo que las personas pueden sufrir daños. “Es tanto un problema de seguridad pública como de bienestar animal”, finalizó.

 

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