El presentador del espacio deportivo del Noticiero Nacional de Televisión, Pavel Otero, aseguró tras anunciar la fuga de un séptimo pelotero, integrante del Cuba en el Mundial Sub-23 que estas salidas eran parte de “una maniobra”.
Otero llamó “mercaderes” e “inescrupulosos traficantes de personas” a los agentes beisboleros que se interesan por el talento de los jóvenes peloteros cubanos y dijo que estos tenían “jefes” que pagaban dichas “maniobras”.
Agregó que el seleccionado cubano en México estaba enfrentando uno de los “escenarios más hostiles” de la historia deportiva cubana. Con un discurso totalmente fanatizado, el comentarista también afirmó que lo menos que les importa a los agentes es el futuro de los jugadores. Algo que es totalmente desacertado, porque si su representado no triunfa, la agencia tampoco.
De hecho, ya muchos de los fugados dieron pasos para consolidar su futuro. “Varios de los peloteros cubanos que han salido últimamente entre Preolímpico y Mundial Sub-23 han firmado con R&I Total Sports debido a la experiencia que tiene en jugadores recién llegados para guiarlos en recomenzar sus carreras”, había asegurado esta semana el especialista Francys Romero.
El lanzador Dariel Fernández, el primero de ellos y así le siguieron otros. Su nuevo representante, Carlos Pérez aseguraba luego que el objetivo con estos jóvenes no podía ser otro que las Grandes Ligas.
“El plan con este muchacho es llevarlo a lo más alto del béisbol, el plan no puede ser otro que llegar a las Grandes Ligas (…) Estamos en presencia de un joven talentoso que habrá de crecer mucho en lo físico y lo mental para seguir el camino de tantos otros de sus compatriotas. Nuestra meta es verlo brillar en la mejor pelota del mundo”, aseguraba al Nuevo Herald su agente.
En su discurso televisado Otero solo demostró que sigue la misma “teoría de la conspiración” del régimen y que se niega a ver, por ejemplo, que desde el 2013 se aprobó las contrataciones en el exterior y solo seis peloteros juegan en la liga nipona en la actualidad. Casi una década para nada.
“Ellos solo quieren ridiculizar a nuestro equipo y a nuestro país”, aseguraba Otero. Para colmo, si de ridículos se trata, dijo que con medalla o no, Cuba recibiría a los peloteros “como se merecen”. Algunos recordaron entonces las premiaciones de “viandas” y “refrescos” que les dieron a algunos deportistas del alto rendimiento en la isla.