El crucero Scarlet Lady, de la compañía Virgin Voyage, rescató a 8 balseros cubanos en la zona de los Cayos de Florida, uno de ellos necesitado de atención médica al momento del rescate.
Después de hacer un anuncio a los pasajeros en la tarde del 25 de octubre, el capitán dio la vuelta al barco para brindar socorro a los migrantes, quienes fueron rescatados por una lancha de salvamento del crucero.
Más tarde ese mismo día, todos fueron conducidos a un buque de la Guardia Costera a la altura de Key West.
El derecho marítimo internacional establece que el capitán del buque tiene la obligación moral de prestar asistencia a los que se encuentran en peligro en el mar sin importar su nacionalidad, estado o las circunstancias en las que se encuentren.
Después de la transferencia, el Scarlet Lady se dirigió al suroeste para llegar a tiempo a Cozumel, México.
Imágenes compartidas por pasajeros del crucero en redes sociales muestran el momento en que la balsa, impulsada a remos, se aproxima al buque haciendo señales de auxilio al ser divisados.
En lo que va del presente año fiscal iniciado el pasado 1 de octubre, la Guardia Costera de Estados Unidos ha interceptado a 210 balseros cubanos.
Los cubanos siguen intentando ingresar a Estados Unidos por todas las vías posibles, huyendo de las precarias condiciones de vida y la represión a la que los somete el castrismo.
Como consecuencia de la pandemia de coronavirus y la pérdida de los ingresos derivados del turismo, Cuba adolece de una escasez de alimentos y productos de primera necesidad más severa de lo habitual.
Tras la eliminación de la política de “pies secos, pies mojados”, los balseros cubanos no podrán legalizar su estatus migratorio fácilmente y tendrán que pasar por el proceso de cualquier migrante ilegal que llega a Estados Unidos.
No obstante, recientemente la Guardia Costera señaló que los balseros con temor a sufrir represión en Cuba pueden optar por asilarse políticamente en Estados Unidos y no ser deportados.