El preso político Eliezet Sesma, manifestante del 11J, denunció las pésimas condiciones en la prisión de El Guatao, donde en diez meses solo ha podido escuchar la voz de su pequeño hijo Jonathan en dos ocasiones.
Su amiga, la historiadora de arte Yamilka Lafita reprodujo en redes sociales la última conversación que tuvo con Sesma el 23 de mayo.
"Todo es difícil, pero yo sigo puesto, aunque en diez meses solo haya podido escuchar dos veces la voz de mi hijo, y mi madre me ruegue que no denuncie nada más de todo lo mal que está pasando aquí dentro", expresó el cubano de 41 años.
Sesma reiteró que es inocente de los delitos que se le acusan: atentado, desacato, instigación para delinquir y desórdenes públicos, por los que Fiscalía le pide diez años de cárcel y aún no tiene fecha de juicio.
"Denuncio cada desastre que pasa aquí dentro: la pésima calidad de la comida y no es solo el pollo o el pescado, sino cómo lo elaboran. El agua es fatal; tengo amebas y los enfrento todo lo que puedo, de la mejor forma, porque para reclamar mi derecho a ser un recluso con una calidad de vida digna no tengo que fajarme con nadie, pero es más complicado que todo esto que te cuento", añadió.
El manifestante dijo en la llamada telefónica que "soy el negrito con modales que lee e intenta explicar un poquito de cada cosa que sabe, pero eso no le cae bien a mi raza, porque aquí lo que se vive es la guapería y el matonismo, no es que todos sean así, pero bueno, tú me entiendes. Por otro lado están los blancos a los que les caigo peor, porque me he dado cuenta que les molesta cómo hablo, cómo me conduzco y cómo trato de partir desde el respeto con mis carceleros para intentar recibir el mismo trato".
Por último, Sesma aseguró que va a seguir firme en sus demandas "y sí, tal vez me van a condenar injustamente por querer un país mejor y libre de los abusos que sufrimos todos".
El acoso contra el padre soltero comenzó incluso antes del levantamiento popular del 11 de julio pasado. El 7 de julio de 2021 agentes de la Seguridad del Estado lo citaron de manera verbal para un interrogatorio en la estación policial de Cojímar, La Habana, debido a sus relaciones con activistas por los derechos humanos y periodistas independientes de la Isla.
Días después de su arresto, el 16 de julio de 2021 sus vecinos denunciaron un robo ocurrido en la vivienda del ciudadano, ubicada en el reparto “El Roble”, municipio de Guanabacoa, mientras su hijo dormía.