La policía de Miami-Dade confirmó este jueves el arresto de Luciano Thompson, un joven de 22 años, acusado de haberle disparado en la cabeza (por detrás) al cubano Eduardo González, de 24 años, informó el diario Miami Herald.
Thompson, que se encuentra recluido en Centro Correccional Turner Guilford Knight sin derecho a fianza, enfrenta cargos de asesinato en segundo grado, agrega la nota.
González por su parte, podría haberse dedicado a la venta de marihuana según testigos citados en el informa de la detención. Un video de vigilancia cerca de la escena del crimen muestra el momento en que Thompson dispara contra González. El informe revela también que el acusado se fue de la escena a toda prisa, chocando incluso con otro auto.
De acuerdo con las autoridades policiales, el presunto asesino dejó a la víctima tirada en una carretera tras cometer el crimen a principios de esta semana, cuando los oficiales respondieron a una alerta en Northwest 102nd Street y 26th Avenue, sobre las 2 de la madrugada. Allí encontraron a González con un disparo en la parte posterior de la cabeza. Las autoridades lo trasladaron al Jackson Memorial Hospital, pero el joven falleció a consecuencia del disparo.
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La investigación policial logró confirmar que la víctima había salido esa noche con otro hombre en un auto Chevrolet Malibu de color negro, y que al momento de encontrarlo tenía una tarjeta del Casino de Hialeah (Hialeah Park Casino) en el bolsillo. Confirmaron también que ambos muchachos estuvieron en el Casino, aproximadamente, entre las 12 de la noche y la 1 y 45 de la madrugada.
Al momento del arresto los investigadores encontraron el auto Malibu con daños derivados, supuestamente, del choque durante la huida de la escena, y un arma compatible con otras evidencias encontradas en la escena del crimen.
Odalis González, la madre de la víctima, por su parte, asegura que Thompson era amigo de su hijo, y pide cadena perpetua para el presunto asesino, de acuerdo con un reporte de Univisión.
“¿Por qué fue tan cobarde? No quiero la muerte para ese muchacho, quiero cadena perpetua”, dijo. El cubano de 24 años vivía junto a su madre y abuela.
Una amiga de la familia comentó que González era un joven trabajador que “lo único que quería hacer era ayudar a su mamá y a su abuela”.