El mundo del ajedrez anda “revuelto” con la noticia de la vuelta a la competición de uno de sus íconos. El ruso Anatoly Karpov estará como protagonista en un torneo a ritmo tradicional: el TePe Sigeman & Co, previsto para disputarse en Malmo, Suecia, entre el 29 de abril y el 5 de mayo del 2020.
Según los propios organizadores el actual Elo de quien fuera campeón del orbe entre 1975 y 1985 es de 2 mil 617 puntos, y se enfrentará ahora a hombres como el local Nils Grandelius (2691; monarca de la cita en 2017 y 2018), el español Alexei Shirov (2664), el checo David Navara (2717) y el indio Nihal Sarin (2610), uno de los nuevos prodigios del juego ciencia con apenas 15 años.
Karpov vuelve al ruedo con 68 años de edad, luego de presentarse por última vez en San Sebastián 2009, y está muy claro que no puede ser el favorito para imponerse en la cita sueca, sin embargo no hay dudas de que sí tendrá el cartel de más seguido.
El hombre que en 1975 devolvió a los soviéticos una hegemonía perdida en 1972, cuando Bobby Fischer se hizo de la corona del orbe, y vivió durante varias décadas en la cumbre del ajedrez, reinó casi sin oponentes hasta 1985 cuando un entonces joven Garry Kasparov, también ruso, le arrebató su liderazgo.
Comenzó entonces la llamada "era de las dos K". Cada uno de los jugadores soviéticos tenía características diferentes, aunque igualmente impactantes y atractivas.
Lejos están los épicos matches por el Campeonato Mundial, o sus cientos de asistencias a los mismos torneos, sus enfrentamientos más allá de los tableros que trascendieron lo deportivo y llegaron a crear aquel halo de rivalidad absoluta que animó a los seguidores y aún sigue presente.
Lo cierto es que todo esto viene a la mente ahora que Karpov decide volver a probar suerte en un juego en el que llegó a ser casi invencible. Su estilo inconfundible de marcada influencia posicional, pero a la vez sencillo y con una lógica aplastante volverá a encantarnos desde la sala de competencias.
Es claro que no se mostrará igual, la inactividad debe “pasarle factura”, incluso más que la edad. Aunque esta también es un factor en contra y seguramente lo veremos con menos energía para soportar largas sesiones, incluso quizás menos osado en algún plan de juego.
Pero eso no importará. Porque saber que Karpov está otra vez ante una mesa de ajedrez y compitiendo es de por sí una buena noticia.