Nosotros, los que un día estamos enfermos y al otro aconsejamos al prójimo tomar este o aquel cocimiento para “La reuma”, ya no estamos en las mismas condiciones que digamos, medio siglo atrás. El tiempo pasa, las cosas van cambiando y lo que era ayer ya no es hoy, o se entiende de una manera diferente. Entonces ocurre que cosas nuevas se siguen llamando como antes, pero hay que entenderlas como toca ahora.
El decir popular adopta unas veces muy rápido nuevos vocablos y otras tantas se apega a los nombres antiguos.
Artritis y artrosis son términos ya superpuestos o contrapuestos en sí mismos, a saber, ya bastante confusos para entonces agregarle las incertidumbres de los cambios de idiomas. Nuestros pueblos van y vienen de una diáspora a otra y llevan en la maleta nuevas palabras con diferentes significados, pero las cosas siguen siendo lo que son a pesar de que su descripción puede variar con las circunstancias.
Tratemos de ver con claridad cada cosa: La artritis corresponde a la arthritis y la artrosis a la osteoarthritis, en inglés, respectivamente. La tradición anglosajona— más apegada a la simpleza pragmática— considera que ambos nombres deben terminar en itis, que significando su naturaleza inflamatoria. La hispanidad, en su apego a la diversidad en su fraseología, recurrió a dos terminaciones distintas, ambas extraídas de la tradición grecolatina: Itis de inflamación para la artritis y osis de proceso para la artrosis. Son dos cosas distintas, pero se ven como iguales por este fenómeno de significados cambiantes por el tiempo y la geografía.
La Artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones, y como degenerar lleva su tiempo, pues aparece cuando muchas hojas ya han caído del almanaque. Luego, debido a la degeneración, pueden aparecer deformidades, sobrecrecimiento de hueso y termina produciendo inflamación. Digamos que es una enfermedad primariamente degenerativa y secundariamente inflamatoria. Los sitios donde aparecen más frecuentemente son la columna lumbar produciendo las molestas sacrolumbalgias; en la columna cervical, las rodillas y en las articulaciones interfalángicas distales de las manos, es decir, en las coyunturas de los dedos más cercanas a las uñas. Nunca ocurre de un día para otro, sino que lleva un tiempo su desarrollo.
La Artritis, en cambio, es una enfermedad inflamatoria que puede aparecer tanto en la juventud como en la vejez, sus causas están en decenas de enfermedades que tienen en común la producción de inflamación de las articulaciones. Ejemplo, las enfermedades autoinmunes en las que el propio sistema inmune “ataca” la articulación al reconocerla como algo “ajeno”, así son el Lupus, Artritis Reumatoidea, Artritis juvenil, etc.
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Puede ser también de origen infeccioso cuando un germen se encuentra físicamente en la articulación o porque se acumule una sustancia en su interior, como es el caso de la famosa Gota en la que se acumula Ácido Úrico cristalizado en el interior de la articulación. La artritis siempre ocurre por alguna causa que, además de dolor en las articulaciones, produce otras manifestaciones, fiebre, erupción en la piel, anemia, etc.
Ambas entidades en el fondo son enfermedades inflamatorias, por tanto su tratamiento comienza por la prescripción de antiinflamatorios para luego considerar otras estrategias.
¿Cómo saber si tengo Artritis o Artrosis?
Existen médicos especializados en reumatología, así que puede ser simple pero no simplista. Si usted tiene una edad avanzada, y no tiene signos de enfermedades que habitualmente acompañan a la artritis, es muy probable que se trate de artrosis.
En cambio, un paciente relativamente joven con enfermedad articular acompañada de fiebre, rash, anemia, o fatiga, es muy posible que se trate de artritis.
En el caso de la artrosis, habitualmente se trata de dolor en la articulación y mayor o menor limitación al movimiento. La artritis sí se manifiesta mayormente con toda la constelación de síntomas de la inflamación, dicho sea de paso, inflamación se refiere a flamas, llamas, fuego, etc. Entonces encontramos en la articulación: aumento de temperatura, dolor, enrojecimiento, aumento de volumen y limitación al movimiento.
Si usted tiene dolores articulares y cree que padece artritis, no pierda tiempo y visite a su médico para investigar la causa y obtener tratamiento. En el caso de la artrosis la visita respondería para controlar los síntomas y buscar estrategias de tratamiento con menos efectos adversos.
Puedo señalar los magníficos efectos en la mejoría de la calidad de vida en aquellos pacientes a los que se les ha implantado prótesis de rodilla, otros mejoran apenas con fisioterapia o terapias de Medicina Alternativa.
No hay justificación para soportar dolor, el dolor puede ser manejable, su médico lo sabe y ahora usted también.