A la espera de la temporada alta los arrendatarios se preguntan “dónde estarán esos clientes que anuncian sin cesar los del gobierno”
El Ministerio del Turismo en Cuba pretende estimular la llegada de visitantes extranjeros al país, ante las estadísticas poco satisfactorias en este sentido.
Con la reciente visita del titular del ramo, Manuel Marero, a Londres, concluye un ciclo de maniobras que buscan “el alza en los arribos previstos al sector”, que desde hace algún tiempo “asegura el incremento de visitantes cada fin de año”. El Gobierno cubano necesita ingresos en moneda fuerte que lo ayuden a paliar la aguda crisis económica en que se encuentra.
El ministro Marrero, en su disertación ofrecida en Londres, denominó “Destino Auténtico” a los rincones adecentados por él y su gente “en los verdes montes y las azules playas del país”, insinuando acaso que el resto de los turoperadores presentes, en el foro eran un grupo de anti-ecológicos y desleales contendientes.
La televisión nacional reiteró— en la voz de sus locutores—que “la afluencia de alemanes, rusos y holandeses ha crecido de manera exponencial últimamente”, y añadió que “habrá una temporada normal en todas las instalaciones con que cuenta esa sana industria, la que dará contundente respuesta a las maniobras anticubanas de la actual administración norteamericana”.
Con imágenes trucadas de la pasada feria transcurrida en mayo, se mostraron los incomparables “destinos nacionales” a los que se puede acceder ahora, a precios bajos, y han sido “mejorados con respecto a la temporada anterior”.
Pilares de la industria turística de la Isla, como Varadero, estiman más de un millón y medio de visitantes antes del cierre del año, y otros lugares remozan –con lo que encuentren— las maltrechas instalaciones que no clasificaron como “prioritarias”.
Nada se dice en la prensa oficial del desabastecimiento que han generado quejas con repercusiones trasatlánticas, y espantado a no pocos ingenuos que seguían viniendo a mirar “el milagro cubano”, fundamentalmente canadienses, quienes terminaron escapando a Cancún, o Punta Cana cuando se supieron trasquilados.
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Dicho con el afán de ilusionar a los trabajadores de los polos turísticos que ha fijado sus esperanzas de mejoría económicas en la temporada altano, no se habla de la devaluación de la moneda nacional que va creciendo con cada medida que genera incertidumbre.
Es alarmante también que propietarios de hostales con décadas de experiencia, y que representan una competencia real al mercado estatal, se quejan del diezmado flujo de turistas, porque “no se promueve el módulo familiar que pactaron con Marrero”, alegan algunos, y “las nuevas promociones” benefician solo a los turistas que gastan el dinero dentro de los hoteles del aparato estatal.
Porque los ministerios cubanos, receptores indirectos de los impuestos, reguladores de la actividad económica que sus colegas cuentapropistas traspasan al fisco sin aportarles ni un chícharo, no se inmutarán en sus fueros. Eso, sin hablar de multas y decomisos si acaso sub-declarasen a consideración de vigilantes trasnochados.
El hostal mejor puntuado en los rankings de Airbnb de la capital provincial de Santa Clara es el “Florida Center”, y cuenta con una clientela que incluye personalidades, intelectuales y personas económicamente acomodadas. Los muestreos de opinión son favorables para el retorno del cliente, algo que contrasta con los servicios de la hotelería ministerial.
Ángel Quintín Rodríguez Martínez, ingeniero y dueño del Florida Center, cansado de esperar que esos “miles de turistas de Europa” aparezcan por la puerta en forma de mochileros o hagan reservas desde sus países, ha expresado en sus redes sociales el desconcierto que siente ante el deprimido panorama de la actual estación invernal.
Colegas del ramo hostelero han emitido opiniones acerca de la diferencia entre el discurso de las autoridades y la realidad. Los comentarios permiten concluir que hay poca afluencia de turistas a los hostales cubanos, como tampoco hay tantos en las playas y dependencias del dominio estatal, aunque el gobierno se empeñe en decir lo contrario.
A pesar del discurso oficialista en la prensa, la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI) publicó recientemente cifras actualizadas sobre la llegada de visitantes internacionales a Cuba, y se aprecia una caída del 7,9% respecto a enero-octubre del año anterior. Las estadísticas confirman un decrecimiento que se venía notando desde meses anteriores.