Familiares del periodista independiente y abogado, Roberto de Jesús Quiñones Haces, denunciaron esta semana abusos en la prisión provincial de Guantánamo a los que está siendo sometido.
Según declararon a Diario de Cuba, la esposa lo ve una vez al mes durante dos horas, y además, el delito por el que se le condenó fue catalogado como severo, cuando no lo es.
Además, dijeron que solo le permiten hacer llamadas telefónicas los lunes, y apenas diez minutos.
Personas cercanas a Quiñones también se refirieron a la poca atención religiosa que se le ha permitido.
"Unas veces lo sacan, otras no. Solo le han permitido atención religiosa en una ocasión. Ellos van todos los meses a decir misa, pero este 24 de diciembre no sé si participó. La prisión se toma ese derecho", explicaron a ese medio.
Respecto a su salud, los familiares reconocieron que está más delgado y al encontrarse en un lugar húmedo, pues es más propenso a catarros e incluso le ha dado asma en dos ocasiones.
Lea también
Quiñones Haces fue arrestado el 22 de abril cuando se disponía a cubrir el juicio contra una pareja de religiosos procesados por querer educar a sus hijos en su hogar. Luego fue liberado, pero acusado y procesado por presuntos delitos de “resistencia y desobediencia”.
El reportero de Cubanet fue condenado a un año de prisión, sustituido por un año de trabajo correccional con internamiento, pero al negarse a ingresar voluntariamente en el campamento de trabajo correccional, lo capturaron en su casa el pasado 11 de septiembre y se encuentra en la prisión provincial de Guantánamo para cumplir su sentencia tras las rejas.
Quiñones fue incluido en la lista de One Free Press Coalition, como uno de los 10 casos más urgentes de injusticia contra periodistas en todo el mundo.
Incluso ha sido amenazado por continuar escribiendo su verdad desde la cárcel.
Según denunció su hijo, Roberto José Quiñones, a Cubanet, a su padre lo amenazaron y extorsionaron por los artículos y cartas que ha escrito desde la cárcel.
“En un encuentro posterior con el sacerdote, mi padre le reveló las amenazas de las que había sido víctima por los textos que escribe desde la cárcel”.
Hace unas semanas, el también poeta solicitó la revisión de su injusta sentencia ante el Tribunal Supremo Popular de Cuba, pero aun no recibe respuesta.
