Activistas se sienten defraudados con programa sobre maltrato animal

Muchos no entienden por qué desconfían de ellos. Hay una razón de fondo: se organizan y opinan sin el permiso del régimen; eso es lo que molesta
Ayer, en conversación con el periodista Lázaro Manuel Alonso
 

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Los activistas contra el maltrato animal se levantaron hoy con la esperanza de que la revista televisiva Buenos Días sacara a la luz todas sus declaraciones, ofrecidas la víspera al periodista Lázaro Manuel Alonso. Pero se llevaron una sorpresa desagradable: sus opiniones no aparecieron en el programa.

Cierto, asomó el parecer de algunos, probablemente los menos críticos con la manera de hacer las cosas de las autoridades cubanas, pero otros se quejaron en redes sociales. Beatriz Batista, una de las más activas en estos espacios dijo que la habían censurado, y aunque los límites entre la edición y la censura son difusos, lo cierto es que tiene razones para molestarse.

Alonso se reunió la víspera con varios animalistas, como ya informó ADN Cuba. Ellos fueron muy esperanzados al encuentro pues creían que al fin el programa “El Tema” de la revista Buenos Días les daría voz. Pero no ocurrió así y las personas entrevistadas fueron pocas en comparación con el grupo relativamente numeroso que conversó ayer con el periodista.


Muchos de ellos todavía no entienden por qué, si no militan en organizaciones disidentes ni son contrarios al “socialismo” y la “Revolución”, los siguen mirando con ojos desconfiados. Hay una razón de fondo: se organizan y opinan sin el permiso del régimen; esta manifestación de los principios de libertad de expresión y reunión es la que molesta, aunque algunos animalistas no lo perciban.

“Dije la verdad y la realidad de los animales en Cuba. No me propuse ser crítica, si no decir la verdad”, declaró a ADN Cuba Beatriz Batista, para hacernos ver por qué se siente tan defraudada.

Quien sí tuvo cámara abierta fue María Gloria Vidal, presidenta del Comité Nacional de Bienestar Animal, una funcionaria de hablar pausado y maneras cordiales, que no por agradable dejó de utilizar las evasivas y eufemismos del discurso burocrático. La gema de su intervención vino cuando dijo que la entrada a Aniplant estaba “un poco obstaculizada”, para referirse a la prohibición de acceso contra los animalistas.

Por supuesto, “ya se está trabajando en ello”. Acto seguido Vidal volvió a un tema que ya había tratado: la ley de bienestar animal que se estudia por la Asamblea Nacional para ser aprobada.

No todo en el programa fue negativo para los animalistas. A juicio del activista Isbel Díaz, esta entrega de “El Tema” tuvo como elementos positivos la declaración de que en noviembre estarán listas la política y el decreto-ley de Bienestar Animal y le reconocimiento de la labor de protectores independientes y la sociedad civil.

Como rasgos negativos están que la legislación no tendrá nivel de ley, sino de decreto- ley; la normativa será de bienestar, no de protección, lo que incluye un elemento de ambigüedad; no se incluirán a protectores entre quienes trabajen directamente el cuerpo de la política y del decreto-ley, y el gobierno no permitirá el registro legal de grupos de protectores, aparte de Aniplant, por lo que con seguridad las voces más críticas dentro de la sociedad civil serán excluidas hasta de los debates.

 

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