El gobierno de Estados Unidos, por medio de su secretario de Estado Mike Pompeo, emitió un comunicado especial criticando el referendum celebrado el pasado domingo 24 de febrero, en Cuba. Además destacó la falta de garantías para el pueblo cubano de sus "libertades fundamentales".
El Departamento de Estado calificó como un "teatro político" la recientes votaciones cubanas y destacó la "represión del debate público" en torno a ellas.
Desde que la Asamblea Nacional aprobó en diciembre el borrador final de la Carta Magna y convocó el referendo, el oficialismo ha hecho una intensa campaña por el "sí", replicada con fuerza en las redes sociales por los detractores del proyecto.
Pompeo consideró que, aunque "el régimen asegura que el voto del domingo fue democrático, las autoridades cubanas hostigaron y detuvieron a docenas de observadores y manifestantes pacíficos, a los que confiscaron teléfonos y otros dispositivos".
Varios disidentes cubanos, como Guillermo Fariñas, y miembros de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) denunciaron en Twitter haber sufrido agresiones físicas durante el día del referéndum.
Pompeo, además, se refirió a la huelga de hambre que protagonizaron a principios de mes activistas de UNPACU para protestar por supuestas agresiones contra su sede y viviendas de algunos de sus miembros.
"Condenamos enérgicamente esos intentos de silenciar las protestas pacíficas, que muestran que los líderes de Cuba temen al pueblo cubano", expresó el titular de Exteriores.
"Nadie debe dejarse engañar por este ejercicio, que logra poco más que perpetuar el pretexto de la dictadura de partido único del régimen. Todo el proceso ha estado marcado por un teatro político cuidadosamente gestionado y la represión del debate público", señaló el Departamento de Estado en su comunicado.
Según datos de la Comisión Electoral, cerca de un millón de personas (1.032.174) acudieron a las urnas el domingo pero no votaron a favor del sí. De esta forma, 706.400 marcaron la casilla del no en la boleta; 198.764 la dejaron en blanco y 127.100 votos fueron anulados.
La nueva constitución afirma una vez más el rol del Partido Comunista como el único partido político legal y decreta al sistema socialista "irrevocable", bloqueando la posibilidad de una reforma económica desesperadamente necesaria.
Por su parte muchos activistas y periodistas cubanos comenzaron a circular una campaña bajo el hashtag #50milXCuba para impulsar iniciativas legislativas y poder incidir en las leyes que se van a realizar posterior al referéndum.