Trastornos del transporte en la Mesa Redonda

El ministro del transporte en cuba comparece en el programa Mesa Redonda de la TV, habla sobre la situacion del transporte en general.
El ministro del transporte de cuba comparece en el programa Mesa Redonda
 

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Muchos fueron los aspectos, variantes y matices que --el Ministro de Transporte de Cuba Eduardo Rodríguez Dávila— declaró como seriamente incidentales (más allá de la crónica falta de petróleo), causantes del empeoramiento paulatino del servicio que debe ofrecer el sector que él representa, durante el programa televisivo de ayer, el cual se considera voz autorizada del gobierno, ergo partido.

Luego de exhibir la misma ensarta de falsos optimismos típicos a todo declarante de ocasión en ese medio masivamente ignorado, arremetió contra la eterna matriz de todos los males y padecimientos no imputables a su administración: el bloqueo yanqui.

De entre algunas noticias vertidas por él que agravan el panorama que hipotéticamente se desea subsanar “para cada cubano de a pie”, destaca una que resulta tan peculiar como develadora.

Dice el ministro, en tono lastimero, en una sección nombrada “El bloqueo es real”, que “hemos recibido –sacando en cámara papel escrito bajo membretes— la noticia de que un fabricante mundial de aviones con quien habíamos firmado este contrato para entregarnos 2 naves nuevas este mismo año, ha declinado continuar con el acuerdo dadas las cláusulas que restringen en la Helms-Burton el comercio con nosotros”. 

Las imágenes mostradas a continuación no fueron fortuitas. Los realizadores y técnicos del programa hicieron desfilar ante nuestros ojos incrédulos ¡un avión Antonov!

¿Querría acaso esos decir que no existen imágenes de la firma Boeing u otra cualquiera y echaron mano a lo primero que apareció?

¿O será que solo los nuevos magnates de la ex metrópolis, otrora directivos de los cielos y demás destinos insulares, desean “construirnos naves” pero bajo palabra quebrantable ante semejantes prohibiciones?

La reciente visita a la Isla de la Flota del Gran Almirante de la Marina Armada Rusa no parece tener relación con los acuciantes problemas que presenta el parque vehicular que se ha comprado en (o donado por) aquel país. 

Tampoco sirvió para “estrechar los irrompibles lazos de amistad entre los pueblos hermanos de Cuba y Rusia”. O quizá el ministro ni se dio por enterado.

Y aunque se trate de otro medio igual de deficitario en esta ínsula rodeada de agua por todas partes, la distinguida visita --que no se reunió con el Presidente del país sino con el General Partidista—hizo, bajo expresa invitación, un bojeo turístico-playero sin incursionar para nada en los talleres depauperados del ramo en crisis.

Porque si de paradas (incluso militares) se trata, entonces:

“En La Habana existen más de tres mil paradas, y se cubren con inspectores menos de 100 de ellas. Se determinó que por los volúmenes de población necesitan la presencia de inspectores 311”, indicó.

Fiscales para vigilar –y nunca multar— prófugos estatales a quienes importa un bledo ese “cubano de a pie”.

“Igualmente sucede con el contrato para la administración de aeropuertos y la puesta en marcha de talleres para la reparación en el ferrocarril”, dijo leyendo fragmentos de cartas enviadas por jefes de compañías extranjeras con quienes se habría convenido tales negocios.

“Este año se cancelaron cruceros, se limitaron los vuelos desde los Estados Unidos hacia provincias cubanas. Este último tema nos genera mayor congestión en la terminal aérea de La Habana y un mayor tráfico interno por carretera en el país”.

Al abordar la persecución en el área de los combustibles, dijo que “Cuba tuvo que llegar a comprar un barco completo con el carburante dentro, ante la negativa del armador de atracar”.

¿Se trataría de una nave rusa? Probablemente.

Entre las acciones desplegadas destacó:

400 gazellas en La Habana

80 coches de pasajeros, (aunque no se pudieron recibir las nuevas locomotoras)

Producción de 131 triciclos

Distribución de 320 ómnibus Diana

88 “semiómnibus” para la transportación rural

Rehabilitación de la flota aérea con un primer avión a reparación capital y un segundo en cola

Arriendo de 2 catamaranes para reforzar la transportación a la Isla de la Juventud

Reparación de embarcaciones que prestan servicios en las bahías, fundamentales para las comunicaciones de determinados poblados

Venta de ciclomotores en moneda libremente convertible

Acondicionamiento y rehabilitación de las estaciones de la vía central

Ampliaciones de oficinas para comercialización de pasajes interprovinciales

Reacondicionamiento de terminal de pasajeros Batabanó 

Mejoras en las condiciones de choferes, mecánicos y otros trabajadores 

Irregularidades en el cumplimiento de los itinerarios por falta de medios o problemas de disponibilidad técnica derivados de mala organización del mantenimiento y el tardío arribo de los recursos

Falta de información a los pasajeros

Indisciplinas de los choferes (paradas fuera de lugar, exceso de velocidad, música a altos volúmenes, maltrato a la población)

Malas condiciones de paradas y estaciones

Violaciones de precios establecidos

Y para concluir la monserga agregó: 

¡No nos detendremos!” (en obvia alusión al movimiento rectilíneo-uniforme).

 

 

 

 

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