Artistas amanecen sitiadas mientras la dictadura pide fin del embargo

Tania Bruguera, Katherine Bisquet, Camila Lobón y Carolina Barrero confirman la presencia de agentes de la policía en los alrededores de sus hogares, comunicó Bruguera este miércoles en redes sociales.
Vigilancia-Bruguera
 

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Varios artistas disidentes amanecieron este 23 de junio con vigilancia policial en las afueras de sus casas en La Habana a pocas horas de que el gobierno cubano exija el fin del embargo en Naciones Unidas por “injusto e inhumano”.

Tania Bruguera, Katherine Bisquet, Camila Lobón y Carolina Barrero confirman la presencia de agentes de la policía en los alrededores de sus hogares, comunicó Bruguera este miércoles en redes sociales.

Este 23 de junio Naciones Unidas votará la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”, tras la cual el gobierno de la isla espera obtener una nueva victoria diplomática.

Desde 1992, en 28 ocasiones, la resolución cuenta con amplio respaldo internacional y ha ganado esa votación no vinculante.

La Habana cataloga las sanciones estadounidenses, que datan de 1962, de “injustas e inhumanas”. Mientras tanto, en el país se persigue y acosa todo movimiento o persona que critique al régimen o se aleje de la ortodoxia oficial.

Un ejemplo de esto fue el acto de repudio que la víspera intentó organizar la policía política cubana contra las artistas que hoy amanecen con vigilancia policial en sus casas.

Varias de ellas lo frustraron, mientras el Instituto de Artivismo “Hannah Arendt” (INSTAR) difundía imágenes.

La institución compartió un video del suceso en redes sociales en las cuales se observa a un grupo de mujeres que llegaron hasta la casa de Bruguera —sede de la institución— para realizar uno de estos actos organizados para intimidar a opositores políticos en Cuba.

A inicios de este mes la Seguridad del Estado volvió a quedar mal parada cuando pretendió hacer en vano otro acto de repudio en la sede de INSTAR, destruido por la paciencia y la ironía de Lobón.

Los actos de repudio son la variante cubana del pogromo o el escrache y consisten en que un grupo de partidarios del Gobierno cubano se reúne para gritar consignas políticas, descalificaciones morales y ofensas personales contra un desafecto, un disidente o un opositor.

 

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