Para el reconocido abogado cubanoamericano Willy Allen la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo es un “regalo” para la administración Biden, aunque el objetivo de Trump haya sido otro.
“Es posible que el gobierno de Biden esté dispuesto a sacar a Cuba de la lista —como ya hizo Obama en 2015—, pero en este momento Cuba va a tener que negociar, que ofrecer algo, para demostrar que merece ser sacada de la lista”, aseguró Allen a ADN Cuba.
“La situación dentro de Cuba es crítica, como saben todos, por esta razón, el gobierno cubano está buscando cómo agradar al estadounidense y lo seguirá haciendo”, agregó el especialista. Biden podría utilizar esto a su favor y obligar a dar concesiones que obliguen al régimen a reconocer grupos disidentes y hacer reformas pro-mercado más profundas.
Sobre esto, Allen asegura que La Habana aceptó durante los cuatro años de Trump más deportados que en cualquier otro mandato anterior de un presidente de EEUU, lo cual, a su juicio, es signo inequívoco de que no quiere cerrarse todas las puertas, a pesar de su retórica “anti-imperialista”.
“Biden no es Obama”, advierte Allen sobre la posibilidad de que el presidente demócrata caiga en el mismo juego de acercarse cándidamente al gobierno de La Habana. “Biden tiene 47 años de experiencia lidiando con asuntos internacionales y tendrá a dos cabezas muy influyentes cerca que no tienen ninguna simpatía por el régimen cubano y saben cómo llevar estos temas”.
Allen se refiere al senador demócrata por New Jersey, Bob Menéndez, a quien califica de “amigo íntimo” del presidente electo, y el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, de ascendencia latina, pero cuyos ascendientes judíos sufrieron persecución en la Europa comunista.
Menéndez es un senador “sumamente poderoso” en el Partido Demócrata, que tiene la mayoría en la cámara alta, mientras que Mayorkas es una figura influyente en el diseño de la política exterior hacia Cuba. Para Allen, sus trayectorias y preferencias señalan que Biden será mucho más precavido hacia Cuba de lo que fue Obama.
La administración Trump colocó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo esta semana. La designación somete a la isla comunista a sanciones que penalizan a personas y países que realizan comercio con ella, restringe la ayuda exterior de Estados Unidos, prohíbe las exportaciones y ventas de defensa e impone ciertos controles a las exportaciones de artículos de doble uso.
Desde diciembre, se filtró que funcionarios del Departamento de Estado habían elaborado una propuesta para designar al régimen “comunista” como patrocinador estatal del terrorismo, reveló entonces The New York Times (NYT).